La virginidad (y su pérdida) sigue siendo un tema tabú pese a nuestra sociedad hipercínica: cuándo perderla, con quién, qué formas ha legitimado la sociedad para este “rito de paso” y qué formas se consideran ilegítimas. ¿Somos diferentes a nosotros mismos una vez que nos penetran o que penetramos al otro con nuestro cuerpo? ¿Qué parámetro utilizar para “evaluar” la virginidad de los homosexuales? ¿Se trata más bien de un asunto personal al que se le presta demasiada atención o efectivamente es uno de los pasos más delicados e importantes de nuestra vida?

El estudiante de arte Clayton Pettet decidió hacerse esas mismas preguntas que todo adolescente se hace, pero frente a una audiencia, como un performance o una pieza de arte. En la pieza que titulará Art School Took My Virginityel joven artista sostendrá relaciones sexuales con otro chico sobre un lienzo; sus cuerpos se entrelazarán junto a muchos galones de pintura para crear una “huella” gráfica del momento en el lienzo, unida al sudor y al semen, que será exhibida posteriormente.

En entrevista, Pettet afirma que lo suyo es más colocar algunas preguntas sobre la virginidad a través del arte que hacer una especie de exhibicionismo vacío: “Así que desde el momento en que empecé en la escuela de arte pensaba constantemente, ‘¿y qué si desensibilizara todo el concepto de virginidad perdiendo la mía en una pieza de arte performático?’ Porque eso es lo que es la virginidad para mí: un performance que ha sido usado para valorar a las mujeres, un término heteronormativo que es usado constantemente para establecer el valor de alguien. Mi pieza es también como un gran estudio e investigación; ¿ha cambiado algo después de la penetración? ¿Realmente importa?”

 Pero perder la virginidad en público puede tener más de una cara: basta recordar el fiasco de Catarina Migliorini, la chica que subastó su virginidad en Internet y protagonista del fallido documental Virgins Wanted. ¿Por qué en nuestros días seguimos pensando que perder la virginidad es algo de lo cuál un artista –o un oportunista– puede aprovecharse?

El arte, además, suele juzgarse más por el proyecto o proceso que por el resultado. La gran lección de la modernidad fue que ni siquiera es necesario ser un artista para hacer arte, ni siquiera es necesario tener “obra”, e incluso la noción de autor ha cambiado radicalmente. El cuestionamiento de Pettet (“la virginidad es usada para dictar tu valor dependiendo de qué género seas”) sigue siendo relevante para discutir socialmente lo que entendemos por virginidad, pero faltará ver que la ejecución de la pieza, en tanto obra de arte, sea igual de relevante estéticamente que la discusión y la publicidad en torno a ella.

Fuente: (Avant Sex)