Es muy común ver a turistas y residentes en Beijing verificar sus smartphones y laptops para obtener las últimas lecturas de la calidad del aire en la ciudad. A ese grado ha llegado el problema de la contaminación.

Este año ha sido particularmente malo ya que la capital china ha tenido una capa de smog la mayoría de los días. El aire polvoroso y peligroso cubrió edificios y provocó retrasos en los vuelos.

Para ser justos, no todo es ruina y tristeza al estilo Beijing porque la ciudad también disfruta de días buenos, como lo muestran algunas imágenes.

Sin embargo, éstos días buenos parecen ser los menos y parecen estar cada vez más alejados. Datos recientes de la medición de partículas suspendidas en el aire, indican que los niveles fluctúan entre “muy dañino” y “peligroso”, de acuerdo con Beijing Air, una aplicación de monitoreo de la calidad del aire de la Embajada de Estados Unidos.

En algunas ocasiones, los números eran tan malos que se consideraron “fuera de medición”.

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Acciones adoptadas

En julio pasado, China reveló el Plan de Acción para el Control de la Contaminación del Aire (2013-2017), que requiere de unos 230 mil millones de dólares para contar con controles necesarios durante los próximos cinco años.

En otra iniciativa para ayudar a reducir los niveles de smog, Beijing comenzará a probar este año un nuevo impuesto sobre la contaminación de automóviles.

Será cobrado en las gasolineras de la ciudad y también estará añadido a los precios del combustible. Además, en Beijing circularán más de 1.000 taxis eléctricos este año.

Es posible que estas medidas no sean suficientes, pero son “música para los oídos” de los 17 millones de residentes de Beijing que sufren todos los días por la contaminación del aire en la ciudad.

 Fuente: (CNN)