Bradley Bailey estaba jugando con su hija a Peek-a-boo, es decir, a esconderse y dejar que el bebé te descubra. Algo tan sencillo que hace reír a los más pequeños de la casa desde tiempos inmemoriales.

Con lo que no contaba Bradley, cuando quiso sorprender a la pequeña, era que afeitarse la barba para ella sería un cambio tan drástico que no podría soportar.

Así reacciona cuando, al levantar la toalla, espera encontrar a su papá pero lo que ve no le convence en absoluto…

 

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