Por Mariela Gómez M.

Escucha cómo crecen las tinieblas del odio,

oye cómo caminan los desiertos del hambre,

cómo construye firmes paraísos la fiebre

y murmura cuchillos la prisión de la sangre.

Ven a ver cómo lloran las escuelas.

¡Qué cielos de amargura filtran las vecindades!

Las mujeres con alma de montaña

amasan en su rostro silencios vegetales.

(“Hombre de México”, Humanos paisajes, 1953).

Nació el 9 de septiembre de 1908 en Hidalgo de Parral, Chihuahua. Ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria y después en la Academia de San Carlos. En 1927 la SEP le otorgó el nombramiento de profesora de Artes Plásticas. Promovió la creación de las primeras guarderías para los hijos de las trabajadoras del magisterio y dio todo su apoyo a la lucha de las mujeres por obtener su derecho al voto y a ocupar puestos de elección popular.

En 1935 participó en la “Primera exposición colectiva de carteles y fotomontajes” nueva práctica iconográfica de uso político y discurso ideológico posrevolucionario donde participaron Lola Álvarez Bravo y María Izquierdo entre otras. La mayor parte de las artistas de esa época trabajaron también en las aulas, en contacto con los niños y jóvenes, desde ahí ejercían una gran influencia social.

Ha sido reiterada por varios críticos como la iniciadora del movimiento muralista femenino en México.  Atentado a las maestras rurales fue uno de los siete murales realizados por la chihuahuense. Como muralista peleó con gran perseverancia para obtener muros aun en contra de los prejuicios de género y de los cambios de ruta en los movimientos artísticos. Fue dibujante, ilustradora de libros y revistas, pintora de caballete en la tendencia de arte realista de contenido social.

También se dedicó a la poesía desde en 1948 cuando publicó “Hombre de México”. Reunió  sus textos en su primer libro: Humanos paisajes de 1953 con elementos ligados a los intereses de la plástica mexicana: el mundo prehispánico, los temas populares, el paisaje y los héroes de la historia. Sin duda, la poeta consideraba como un valor preciado “la mexicanidad en la poesía” como lo hicieron Díaz Mirón, Manuel José Othón,  López Velarde y Carlos Pellicer

Dime en la dimensión de este sueño

quién eres en mi sombra,

en la clara pupila de mi sangre,

en la luz que conduce los hilos del misterio:

¿El sentido indivisible?

¿Lo que sostiene y rompe el equilibrio?

¿La caótica ola del destino?

¿La inasible potencia

que enlaza muerte y nacimiento?

(Palabras al desierto, 1974).

Murió en la ciudad de México el 26 de abril de 1985.

Fuentes:

http://salondeletras.files.wordpress.com/2011/12/aurora-reyes-br.pdf