Es necesario explorar para vivir y evitar el cáncer de mama en la mujer, recomendó Argelia Alvarado Reséndiz, egresada de la Escuela Nacional de Enfermería (ENEO) de la UNAM, en referencia a un problema de salud pública considerado la primera causa de morbilidad y mortalidad por la Organización Mundial de la Salud.
La estudiante de la Especialidad de Enfermería Perinatal en el Posgrado en Ciencias de la Salud de la ENEO-UNAM señaló que en México, ese mal ocupa el primer lugar de las neoplasias malignas. Se diagnostican 185 mil casos y el promedio de mortalidad es de 46 mil muertes al año.
En el país, cada 55 minutos muere una mujer por esta neoplasia, segunda causa de mortandad en el sector femenino de entre 30 y 54 años de edad. 100 mil mexicanas de 25 años y más padecen cáncer mamario y el mayor porcentaje reside en el Distrito Federal, Estado de México y Jalisco.
Según el Instituto Nacional de Cancerología, el grupo más afectado es el de 40 a 59 años de edad. Además, la mortalidad por este tipo ha aumentado en un 10.9%, al pasar de 13.06 en 1990 a 14.49% en el año 2000.
Aunque letal y costoso, “es curable en más de un 95% de los casos. Sin embargo, entre más tardía es la etapa de detección, más costos económicos por año/paciente (varía en cada institución de salud) y más baja la posibilidad de sobrevida a cinco años”, subrayó Alvarado Reséndiz.
En la detección, la autoexploración de mamas es una técnica “completa y fácil de realizar”.
Todas las mujeres deben explorarse para vivir y tener una vida saludable, especialmente las que están en edad fértil (entre 40 y 59 años) o presentan factores de riesgo, como antecedentes familiares, edad (pues a medida que la mujer envejece aumenta el riesgo en las mutaciones en los genes BRCA y 1BRCA), primera menstruación antes de los 12 años, menopausia después de los 55, sobrepeso, obesidad y falta de actividad física.
También figuran la terapia de reemplazo hormonal para menopausia, uso de pastillas anticonceptivas, consumo de alcohol, condición nulípara, tener hijos después de los 35 años, interrupción de la lactancia materna, inicio temprano de relaciones sexuales y vida reproductiva, exposición a radiación y mamas densas.
Debe realizarse mensualmente la autoexploración, después del séptimo o décimo día de la menstruación, periodo en que los senos se encuentran menos sensibles. Si ya pasó la menopausia, se recomienda explorarse el mismo día de cada mes, y si la mujer amamanta, el mismo día de cada mes posterior a la lactancia.
En este proceso se recomienda poner atención a los siguientes signos: simetría, color y tamaño de mamas, salida de secreción, retracción del pezón, edema, eritema, ulceración, hoyuelos, aumento de temperatura local y palpación de nódulos dolorosos o sin dolor.
Para su prevención, es importante orientar sobre los factores de riesgo mencionados, el interrogatorio, el examen clínico, los estudios de imagen y la técnica de autoexploración.
Además de la revisión mensual, Alvarado Reséndiz recomendó una exploración clínica y una mastografía al año.