El conjunto del Barcelona avanzó a la siguiente instancia de la Champions League al empatar en casa 1-1 ante el París Saint-German. El partido se presentaba parejo ya que en la ida habían empatado a dos goles.

La máxima estrella del conjunto catalán, Lio Messi, estaba lesionado y comenzó el partido desde la banca. El primer tiempo empezó con un Barcelona nervioso y sin ideas en ataque y un PSG que controlaba el juego y se mostraba peligroso en el contragolpe. Así terminó el primer tiempo.

El segundo comenzó en la misma tónica, y los franceses siguieron siendo muy amenazantes al contragolpe, hasta que en el minuto 50´ lograron el gol, obra de Javier Pastore, en una contra comenzada por Ibrahimovic.

En ese momento el Barça mandó a calentar a Messi ya que se estaban quedando fuera, el argentino entró al 60´ y diez minutos después inventó una jugada regateando a dos jugadores y haciendo un pase al hueco para Villa que vio a Pedro en mejor posición y le dio el balón para que definiera como los grandes.

Después de eso no mucho más, fue claro que el banco le dijo a Messi que frenara y sólo entro para sacar el empate. La “Messidependencia” de la que habló ayer Iniesta fue clara.