Con modelos animales, Patricia Vergara Aragón, investigadora de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, obtuvo logros importantes para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson.
El primero fue la síntesis de matrices amorfas de dióxido de titanio, que funcionan como mini reservorios para la dopamina. Los reservorios contienen nanoporos a través de los cuales el neurotransmisor se libera por difusión.
Un segundo avance fue mantener estable (sin oxidar) la dopamina, por lo menos durante dos años, en el cerebro de ratas con hemiparkinsonismo.
El tercero, evidenciar la biocompatibilidad de los reservorios con el tejido cerebral y al implantarlos en el núcleo caudado de ese tipo de animales, ha sido posible revertir las alteraciones motoras que presentan.
Las evidencias de recuperación en estos animales se obtuvo a través de análisis inmunohistoquímicos, video registro de pruebas conductuales y tomografías por emisión de positrones realizadas antes y después de recibir el implante.
Por esta investigación, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) otorgó a la universitaria el Premio Nacional de Salud 2013, sector de organización no gubernamental.
“Esta distinción reconoce el esfuerzo de personas, instituciones u organizaciones cuya actividad genere soluciones innovadoras para resolver los principales retos en materia de salud pública a través de investigación científica y tecnológica que ofrece un valor agregado en favor de la salud en México”, detalló Vergara Aragón.
Hasta ahora, “el logro más importante que hemos tenido es la estabilización de la dopamina por periodos prolongados de tiempo, algo en lo que México es precursor a nivel mundial”, subrayó.
En Inglaterra la dopamina se ha logrado sintetizar de manera artificial, pero su vida media es de dos minutos. “Nosotros logramos estabilizarla, es decir, evitar su oxidación por más de dos años en las ratas”, puntualizó.
Finalmente, reiteró que el siguiente paso es replicar el experimento en especies animales que vivan más tiempo. “La aplicación de los reservorios es menos invasiva con respecto a los estimuladores que se emplean en pacientes y el costo del implante es mínimo.
“El tratamiento podría ser replicado en personas con diagnóstico de piernas inquietas y autismo, entre otros. De confirmar nuestros logros, estaríamos listos para buscar un protocolo de investigación que nos permita probar los implantes con dopamina en humanos”.