El uso continuo de reproductores de música personal con audífonos inadeacuados se está convirtiendo en un problema de salud en México, pues cada vez más jóvenes empiezan a sufrir deterioro en sus sistemas auditivos, advirtió Edy Osorio Torres, presidente de la Junta de Gobierno del Consejo mexicano de Comunicación, Audiología Otoneurología y Foniatría.
Por ello alertó sobre las consecuencias que el uso indiscriminado de esos aparatos va generando en la audición de ese sector poblacional.
Los jóvenes no saben cuidar sus oídos
“Ahora tenemos muchos problemas por el uso de aparatos portátiles de música porque los jóvenes, no saben cuidar esa parte de su cuerpo, es como cuidarnos los ojos, los oídos también son importantes”, afirmó.
Según explicó, en el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) de la ciudad de México, donde trabaja, cada día tienen una mayor cantidad de pacientes jóvenes que a más temprana edad presentan este tipo de afectaciones y que además, cuando llegan a tratamiento, lo hacen en etapas tardías, cuando el problema ya está avanzado.
Pérdidas auditivas severas
“Estamos hablando de que las pérdidas auditivas son severas y que muchas veces el único tratamiento que tenemos es el uso de aparatos auxiliares en jóvenes y niños”.En la etapa del adulto, esto es parte natural de un proceso propio degenerativo pero con esto del ruido, lo aceleramos. “Si el daño empezaba a partir de los a los 30 o 40 años, ahora es desde los 15, por el constante a ruido”, advierte.
El doctor Osorio Torres consideró que a pesar de que las normas internacionales empiezan a regular y advertir del peligro de usar el volumen elevado en los aparatos, precisamente para evitar precisamente ese tipo de afectaciones, aún así el tiempo de uso del aparto lo regula uno.
Advierten sobre el nivel y tiempo de exposición al ruido
“Ya no estamos hablando sólo del nivel, sino del tiempo de exposición al ruido, al volumen alto que tienen, sobre todo los jóvenes”, insistió. Osorio Torres, quien participó en el XIII Simposio Internacional de la Asociación mexicana de Comunicación, Audiología, Otonerurología y Foniatría explicó que el tipo de audífono tampoco ayuda. Ello, puesprecisamente el que se usa con más frecuencia, el que va de inserción, conocido como “chicharito”, todavía aumenta y amplifica aun más el sonido que los de tipo concha, que precisamente amortiguan el estimulo sonoro.
Ruido ambiente + audífonos = daño irreparable
Añadío que en lugares como la ciudad de México, el promedio mínimo de exposición es de tres horas, lo que es delicado si todavía se usa y amplifica el sonido en lugares de mayor ruido como puede ser el sistema de transporte colectivo, el metro, en los traslados.
Asimismo, en los centros de trabajo, lo que implica varias horas en esta situación. “La gente que ya presenta este tipo de problema auditivo tiene un promedio de exposición de más o menos seis horas diarias”, estimó.
Otros factores de riesgo
También especificó que, además del deterioro normal que puede tener la persona, al factor hereditario, genético, se le suma que hay gente que desde los 12 años ya tiene este hábito, y el daño puede ser mayor y a más temprana edad.
Aunque precisó que no tienen una cifra exacta de casos, sí afirmó que en este momento se empiezan a “disparar” los números de pacientes pues hay que tomar en cuenta que se trata de un problema que lleva su tiempo, y que no es de “buenas a primeras” que se tenga un trauma acústico de situaciones.
“El paciente llega después de determinado tiempo, cuando empieza a sentir la lesión,no llega como un mecanismo o proceso preventivo, lo hace cuando el mal está instalado. Regularmente eso pasa porque ya tenemos lesión en las células neuronales, que transmiten el sonido a nivel cerebral y en ese momento ya no podemos revertir el daño”, lamentó.
Al respecto, advirtió que el panorama es grave y delicado, de ahí que primero el llamado sea a los padres y los mismos jóvenes para advertir del riesgo que corren, del daño irreversible que pueden sufrir con la exposición prolongada al volumen alto.
Afectación social, laboral y familiar
“Ojalá y fuera el daño a la persona solamente, pero esto conlleva a toda una afectación social, el entorno laboral, escolar, familiar, se pierden. Entonces, el individuo cae en un proceso que puede llevarlo hasta la depresión por un trastorno de este tipo si a eso le sumamos que es gente joven”, refirió.
Agregó también que toda esta situación los lleva a cosas más severas por lo que el camino a seguir debe ser acercar a los jóvenes la información, de los riesgos que enfrentan de continuar con este tipo de prácticas. Empero, reconoció que también es difícil que entiendan porque muchas veces piensan que eso nunca les va a pasar.
A manera de ejemplo, citó que en la Ciudad de México “tenemos un caso delicado, de un muchacho de 16 años que usa diariamente los amplificadores desde los nueve, se traslada en el metro donde el ruido es extremadamente alto y aun así los usa”, lo que acentúa su problemática en este tema, concluyó.
Con información de Agencias