Por Maricela Adame González. Enviada

San Miguel de Allende, Gto., 24 Mar. (Notimex).- El mexicano Horacio Franco y el israelí Asaf Kolerstein cautivaron al público durante el “Concierto para flauta y cello”, que con motivo del equinoccio de primavera, ofrecieron en la reserva natural El charco del ingenio.

Los músicos deleitaron a los asistentes con la interpretación de piezas de Antonio Vivaldi y Johann Sebastian Bach, en un espacio de conservación de la vida silvestre, consagrada como Zona de Paz en el 2004 por el Dalai Lama, líder del pueblo tibetano y Premio Nobel de la Paz.

Poco a poco, las personas arribaron a la sede del recital, que en esta ocasión dejó atrás las butacas para dar paso a los más variadas formas rocosas que sirvieron de asiento a los niños, jóvenes y adultos mayores, quienes se instalaron en un lugar del irregular espacio.

Abrieron el acto con la “Sonata en Mi menor, Op. II No. 9” Preludio (Andante)-Capriccio (Allegro)-Giga (Allegro)-Gavotta (Presto), de Vivaldi; le siguió la “Sonata en Mi mayor BWV 1035″Adagio ma non tanto-Allegro-Siciliano-Allegro Assai, de Bach.

En la celebración por la primavera el viento se hizo presente y conforme avanzó el recital jugueteó con intensidad con la vegetación de la reserva y provocó entre el público una sensación fresca y fría.

El flautista mexicano enfrentó un gran reto al explicar que la flauta dulce es el único instrumento que pierde el sonido por el viento, por eso tuvo que adaptarse a cada momento a las pautas marcadas por las corrientes de aire en este bello escenario natural.

Pese a ello, Franco y Kolerstein se las ingeniaron para brindar una velada que cautivó por su calidad interpretativa.

Prosiguieron con la “Sonata en Fa mayor. Op. II No. 4” Andante-Allemanda (Allegro)-Sarabanda (Andante)-Corrente (Presto), de Vivaldi, y luego ejecutaron la “Sonata en Mi menor BWV 1034” Adagio Allegro-Andante-Allegro, pieza de Bach en la que Franco destacó momentos fuertes pero también tiernos en el tercer movimiento.

La música y la naturaleza de la reserva se conjugaron para crear un entorno acorde con la esencia de la celebración por el equinoccio de la primavera, en una especie de renacimiento y florecimiento de un nuevo ciclo.

El dueto cerró el concierto con la “Sonata en La menor Op. II No. 12” Largo-Allemande-Grave-Capriccio (Presto), de Bach, que le valió el reconocimiento con prolongadas ovaciones por parte del público, que pidió la ejecución de una pieza más.

La petición fue concedida por Horacio Franco y Asaf Kolerstein, quienes regalaron a los presentes una obra más casual, a decir de Horacio Franco: “Penny Lane” (The Beatles), con lo que pusieron fin a un emotivo concierto en un espacio que acogió la energía de dos grandes músicos.