Convertido en una voz crítica en diversas temáticas sociales, el lingüista estadounidense Noam Chomsky, quien celebra mañana su 84 aniversario, suscribió una carta abierta junto con varias personalidades para advertir sobre los retos que se enfrentan con esta problemática.

En esta ocasión, a propósito de la IV Conferencia Latinoamericana sobre Políticas de Drogas celebrada en Bogotá, Colombia, el también filosófo se manifestó sobre los desafíos que representa la lucha contra las drogas y las políticas al respecto.

Según reportó el portal terra.com, los firmantes de la misiva plantearon la necesidad de revisar de las políticas establecidas en este rubro.

Avram Noam Chomsky nació el 7 de diciembre de 1928 en la ciudad de Filadelfia, en Estados Unidos. Su padre, de origen ruso, William fue una eminencia académica que escribió e impartió clases sobre el estudio del hebreo y la historia, reseñó el portal “chomsky.info”.

Al ingresar a la Universidad de Pennsylvania en 1945, Chomsky conoció al reconocido investigador Zellig Harris, fundador del primer departamento lingüístico en Estados Unidos, así que decidió especializarse con él sobre el tema, graduándose en 1949. En ese mismo año, contrajo nupcias con Carol Schatz.

En su tesis de licenciatura abordó el tema de los morfofonemas del hebreo contemporáneo, trabajo en el que desarrolló ideas acerca de aquel idioma y su gramática. En 1951, Chomsky ingresó a la Universidad de Harvard.

Obtuvo su doctorado en 1955 con una investigación realizada sobre el análisis transformacional, teoría que elaboró a partir de las tesis del profesor Harris. Más tarde, se convirtió en docente del Instituto Tecnológico de Massachusetts, según el portal “biografiasyvidas.com”.

El también filósofo desarrolló una serie de aportaciones fundamentales a la lingüística moderna, fue autor de la formulación teórica y el desarrollo del concepto de gramática transformacional o generativa, que parte de dos niveles diferentes en el análisis de las oraciones.

Identificó la “estructura profunda” que no es más que un conjunto de reglas de gran generalidad, a partir de las cuales se genera la llamada “estructura superficial” de la frase. Este método permite dar identidad estructural entre oraciones superficialmente distintas.

En un nivel profundo, cualquier persona posee un conocimiento tácito de las estructuras gramaticales, que Chomsky consideró que son de naturaleza innata, por la forma en como aprendemos una lengua a partir de la experiencia deficitaria recibida de los padres.

El intelectual estadounidense consideró que deben existir una serie de estructuras gramaticales comunes a toda la humanidad.

En este sentido, podría hablarse de una gramática universal, a cuya demostración y desarrollo se han dedicado los numerosos estudios que han partido de las ideas de Chomsky.

Además de su trabajo académico, ha intervenido a menudo en el campo de la política para denunciar múltiples situaciones como el imperialismo estadounidense desde el comienzo de la guerra de Vietnam y sus reiteradas críticas al sistema político y económico de su país.

Para la década de 1980 se convirtió en una figura distinguida de la lingüística americana y uno de los más influyentes críticos de izquierda de la política exterior estadounidense.

Además de ser un escritor prolífico al contar con más de 33 publicaciones, entre las que destacan “Estructuras sintácticas”, “Temas actuales sobre teorías lingüísticas”, “Conocimiento y libertad”, “La segunda Guerra Fría” y “La quinta libertad”.

En los últimos años, y de acuerdo con el “Indice de Artes y Humanidades” publicado en 1992, Chomsky es el autor con vida más citado y uno de los ocho más mencionados de todos los tiempos. Rompió con la tradición racionalista que no permite la expansión del conocimiento humano.

Al ser un innatista, Chomsky no cree en limitaciones empiristas sobre el pensamiento, habla de una facultad de las ciencias por formar las mismas líneas básicas en la facultad del lenguaje, aspecto que esta genéticamente codificado en los factores ambientales del ser humano.

Al igual que las ratas parecen incapaces de hacer frente a ciertos laberintos, los seres humanos también pueden ser excluidos de desbloquear algunos de los secretos de la naturaleza. Los problemas de la conciencia y el libre albedrío podrían ser misterios sin resolver.

Chomsky aboga por la búsqueda de preguntas fundamentales que sean respondidas con todo el rigor científico sin perjuicio pre o post-científico.