* Apadrina Jorge Ortiz de Pinedo la develación de placa
México, 19 Feb. (Notimex).- Anastasia, Bárbara Torres, Lourdes Garza y Yakaterina Kiev celebraron 300 funciones de “Busco al hombre de mi vida, marido ya tuve”, cuya placa conmemorativa fue develada por Jorge Ortiz de Pinedo.
El actor, productor y comediante festejó que exista una obra de teatro como ésta en la cartelera, pues aseguró que el buen humor es un escaparate a los problemas de la vida diaria.
“Está maravillosa la obra y las actrices que la interpretan están excelentes en sus personajes. He trabajado con ellas en diferentes proyectos cuando apenas eran unas jovencitas y ahora es un orgullo ver lo mucho que ha crecido su talento, muchas felicidades”, destacó Ortiz de Pinedo.
Consideró que todas las mujeres deberían atestiguar la obra, no sólo las solteras o dejadas, también las casadas, viudas y divorciadas.
“Seguramente tendrán una sacudida de pensamientos y emociones. Para los hombres también es muy recomendable, ya que no enseña a valorar más a las mujeres”, indicó en entrevista.
“Busco al hombre de mi vida, marido ya tuve” no es recomendable para ex maridos con culpa, maridos infieles sin sentimientos de culpa u hombres que carezcan de sentido del humor, según dicta la cartelera.
La puesta en escena narra los avatares de tres amigas que desean rehacer sus vidas tras sufrir decepciones amorosas, quieren darle un nuevo sentido a su vida, pues le temen a la soledad.
“Inés” (Bárbara Torres), se divorció después de varios años de matrimonio y sigue enganchada con su ex; “Elena” (Lourdes Garza), hace de su divorcio una bandera, pero no pierde las esperanzas, y “Ana” (Anastasia) se separó hace dos años y sólo quiere pasarla bien. Yekaterina Kiev alterna funciones.
Con base argumental en el libro homónimo de Daniela Di Segni, la trama que plantea su adaptador, Andrés Tulipano, hace reflexionar al espectador acerca de la soledad, del vacío que los seres humanos sienten cuando una persona se va de su lado.
Es por ello que las mujeres deciden ponerle fin a su sufrimiento, se enfrentan con ellas mismas y deciden disfrutar su soledad que las hace sentirse libres y autónomas en sus decisiones y tiempos.
Es un relato ágil y divertido que muestra con claridad el caso de una sociedad que rompió casi todos los esquemas pero que todavía no se sentó a pegar un pedazo con otro.
¿Qué pasa después de un divorcio?, ¿cómo se distingue a un casado de un soltero?, ¿qué hago, lo llamo o no lo llamo?, ¿por qué parece que los hombres siempre juegan?, ¿por qué mienten tanto? son algunas de las interrogantes que se planean en el texto y con las que muchas mujeres se sienten identificadas.
Se presenta en el teatro Arlequín, bajo la producción y dirección de Alejandro Medina y Antonio Escobar.