Como un catálogo de episodios antiguos en los que se retrata el humor y los problemas de la sociedad, definió Orso Arreola la novela “La Feria”, de su padre, al participar en la actividad “La feria en domingo. Mesa a 50 años de ?La Feria?, de Juan José Arreola”.

En la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, Orso Arreola destacó la capacidad que tuvo su padre para convertir a Zapotlán el Grande en un pueblo literario; pues en su opinión el libro es “una polifonía perfecta”.

Consideró que esta novela, conformada cuentos cortos y algunas reflexiones, se encuentra en un clamor permanente por la tradición, por la palabra , por la tierra, por reconocerse uno mismo en el otro, y destacó que el texto no está contaminado por extranjerismos.

El también administrador de recursos humanos y materiales para el Centro Cultural Casa Taller Literario “Juan José Arreola”, aseguró que es importante volver a leer la novela debido a que en esta época se está perdiendo el sentido de educación democrática.

“En México vivimos con la cultura del listillo, estás en la cola pero me meto, estás en el banco pero yo me paso, en fin, esas consideraciones con el otro son muy importantes, hay que recuperarlas”, opinó Orso Arreola.

Por su parte, el escritor Hernán Lara Zavala consideró que Arreola, fiel a su estilo, supo retratar a la perfección a la sociedad de Zapotlán con el pretexto de la feria dedicada al patrono del pueblo, destacando el hecho de que aunque se trata de una novela política, está cargada de gran sentido del humor.

El escritor recordó el paso de Arreola como catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de Mexico (UNAM) y señaló que por sus manos pasaron grandes escritores como Juan Rulfo, Carlos Fuentes, José Agustín y Elena Poniatowska, entre mucho otros.

“Era un hombre auténtico e incomparable, dotado con el don del genio, era el gran prestidigitador de la palabra que logró imprimirle a sus textos su gran personalidad”, señaló Lara Zavala.

En su oportunidad, Jorge Souza Jauffred calificó a Arreola como “Maestro de la perfección y de la brevedad”, y aseguró que “La Feria” es una obra picaresca pero también un texto de denuncia social.

El periodista aseguró que la novela obliga a construir mentalmente diversas escenas gracias al experto manejo que Arreola tenía en los ritmos, destacando su gran habilidad para crear imágenes con la palabra.

La investigadora y traductora Tatiana Bubnova recordó cómo fue su acercamiento a la literatura de Arreola, cuando tuvo la oportunidad de conocerlo en su casa, pero también calificó a la novela como una fiesta del lenguaje, de ahí que valga la pena rescatarla del olvido y darle el lugar que merece.

“Arreola es una especie de transmisor de las historias del pueblo, las trata con humor, pero también con seriedad, además incluye un discurso social en el que se reflejan los problemas del pueblo”, añadió la investigadora.

Para Sara Poot, “La Feria” es una novela que nunca ha estado de moda, pero que si el lector se adentra en sus páginas se encontrará con el pensar del mexicanismo que Arreola propuso por medio de las palabras y la sabiduría de éstas.

La novela, recordó, es un texto fundacional, que en el momento de su aparición tuvo una grata recepción por parte de Rosario Castellanos y Fernando Benítez, y además recibió una buena crítica.

La novela es la historia de Zapotlán el Grande a través del mundo prehispánico, luego de la conquista en 1531, cuando llegan los franciscanos y los primeros capitanes que van hacia el sur de Jalisco y Colima.

Por esta obra le fue concedido el Premio Xavier Villaurrutia a su autor en 1963, la novela está conformada por cuentos cortos, pequeños fragmentos y pensamientos, que permiten al lector efectuar un recorrido por la forma en que vivían los habitantes de Zapotlán el Grande.

México, 8 Sep. (Notimex).