Hasta hace poco jurabamos que todos los dinosaurios se habían extinguido del planeta. Pero gracias a nuevos descubrimientos de fósiles que enriquecieron nuestro conocimiento sobre los dinosaurios aviares, ahora sabemos que algunos se extinguieron y otros sobrevivieron, resultando en las aves que tenemos hoy en el mundo.
Para averiguar cómo esta evolución ocurrió, investigadores han manipulado los genes de pollos regulares para que desarrollaran fíbulos tubulares como los dinosaurios en sus piernas.
En algunos de estos dinosaurios, la fíbula era un hueso con forma de tubo que llegaba hasta el tobillo. Otro hueso, la tibia, crecía casi igual de largo junto a él.
Conforme progresó la evolución a través de un grupo de dinosaurios, la fíbula se volvió más corta que la tibia, más filosa y como astilla hacia el final y dejó de alcanzar el tobillo.
Los embriones de aves modernas aún muestran señales de desarrollar fíbulas como de dinosaurios, conforme crecen, estos huesos se vuelven más cortos y delgados y nunca alcanzan lo suficiente para conectar con el tobillo.
Los investigadores descubrieron que el desarrollo regular de los huesos ve la división celular y por lo tanto detiene el crecimiento en el tubo mucho antes de que los extremos dejan de crecer, pero en pollos modernos, el crecimiento de la fíbula se detiene primero en las puntas. Esto significa que la fíbula de pollos modernos son bloqueados activamente de alcanzar el largo de los huesos de sus parientes antiguos.
Los investigadores creen que la maduración temprana del extremo bajo de la fíbula en pollos modernos es causado por un hueso en el tobillo llamado el calcaneo. A diferencia de otros animales, el calcaneo en los a¡embriones de aves se recargan contra el extremo inferior de la fíbula.
El equipo cree que en pollos regulares, las interacciones entre el calcaneo y el extremo de la fíbula resulta en señales similares a aquellos que hacen que el tubo del hueso deje de crecer, evitando que la fíbula alcance el hueso del tobillo.
Pero al desactivar un gen específico, el calcaneo expresó fuertemente los genes relacionados con una proteína en particular, lo cual permitió el crecimiento en los extremos de los huesos. Esto hizo que a los pollos les creciera la fíbula suficientemente largo como para conectarse con el tobillo, al igual que sus ancestros prehistóricos.
Desafortunadamente, los “pollos-dinosaurio” no lograron nacer, pero la idea de la investigación no era criar pollos dinosaurios adultos, sino entender el proceso biológico que resultó en la transición de las piernas de dinosaurio a las de las aves modernas.
Gracias a esto entendemos mejor la transición que hicieron ciertos dinosaurios hasta convertirse en las aves que conocemos actualmente.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.