Un estudio de la universidad de Missouri en Estados Unidos, dice que el 35 por ciento de las personas que terminan una relación larga deciden tener sexo desenfrenadamente, mientras el 25 por ciento busca ir a la cama con alguien después de la ruptura, sólo por venganza.

Mauricio González, psicólogo con experiencia en asesoría de parejas, asegura que si queremos resolver un duelo, la ayuda de un experto nos permitirá hacerlo más rápidamente, a partir de los conocimientos y las herramientas que nos brindará para encontrar la tranquilidad.

Lo cierto es que hay una serie de errores en los que caemos intentando olvidar a esa persona que en otro momento fue nuestro motivo de felicidad. González nos ayuda a enumerar estas actitudes poco sanas, a partir de su trabajo y experiencia profesional:

1. Comenzar una relación inmediatamente: “Es como edificar una construcción con una base rota”, dice. Sí habrá una distracción que ayude a pasar la etapa de crisis, pero lo que surge allí está deformado. “Si es una relación que va con intención duradera, más adelante se verán grietas profundas, y si es pasajera, solo pone una venda a una herida que no ha sido trabajada”, agrega.

2. Caer en el alcohol:
 hay quienes pasan los duelos en estado de anestesia emocional por el consumo de bebidas o drogas, y eso no es una solución, porque cuando deja de hacerlo, no hay un cierre aún e, incluso, pueden pasar 20 años y no lo ha solucionado.

3. Tomar medicamentos: claro que su consumo ayuda, porque impactan el sistema nervioso central. Pero, el psicólogo Mauricio González lo explica con esta analogía: “Es como una televisión con mala imagen: tú mueves la antena y nada, los cables y nada, entonces desconectas. Al día siguiente haces lo mismo y te pasas el tiempo desconectando. Pasa igual con los medicamentos, pero la verdad, no estás solucionando nada”.

4. Aislarse: muchos dicen después de una ruptura “no quiero saber más de hombres o de mujeres y se encierran en su trabajo”. Según el experto, esto hace que la persona se hunda más, que llegue a depresiones profundas. “Estas tristezas son manifestaciones creadas por la misma persona, que crea pensamientos pensando en determinado evento que afecta sus emociones”.

5. Manipular al otro: hay quienes se inventan embarazos, enfermedades o amenazan con suicidios.

6. Mendigar amor: prefieren tener a la persona a su lado, aunque sea dándoles el más mínimo afecto o, incluso, aceptando su desprecio.

7. Seguir siendo amigos:
 esa conducta implica guardar esperanzas sin sentido. Tener contacto con la otra persona es un estímulo que anima el sistema nervioso central, y así es más difícil hacer el duelo. Al cerrar la relación, hay que alejarse desde el mismo día en que se toma la decisión y no volver a tener relación hasta que se sienta cerrado el círculo. “En realidad eso alarga el duelo y sólo va a generar resentimiento y rencor, porque alimenta esa estructura de dependencia con la otra persona. Mantener esa relación es autoengañarse”, indica González.

Y, ¿qué pasa si no hacemos bien el duelo?

Dice el experto que esto afecta las demás relaciones. Se puede  disminuir el potencial de una persona hasta el 30 por ciento. La autoestima baja, hay, inseguridad, desconfianza y déficit en habilidades sociales.

Con información de Fucsia