Un error común que comete mucha gente con el acondicionador es que se lo aplican al cuero cabelludo. Este es un mal uso de este producto milagroso que restaura la humedad y los aceites naturales de tu cabello. Esto puede tapar los folículos del cabello, causando acumulación. Deberías aplicarlo alrededor de un centímetro y medio lejos de tu cuero cabelludo hacia las puntas y déjalo ahí por dos a tres minutos antes de enjuagar.
Pero las reglas específicas dependen de tu tipo de cabello:
Cabello fino
Los acondicionadores voluminizadores sirven para fortalecer el cabello débil o quebradizo depositando humedad ligero y brillo a los huecos.
Cabello grueso
Aunque el pelo grueso tiende ser naturalmente fuerte, aún es necesario mantenerlo nutrido e hidratado si quieres tener control de tu cabello.
Cabello seco
Cuando el cabello dañado y seco requiere ayuda, un acondicionador enriquecido con nutrientes cargado con vitaminas e ingredientes botánicos es lo que necesitas. Las fórmulas llenas de vitaminas dirigen la humedad hacia tu cabello, manteniéndolo brilloso, no opaco. Es recomendable probar productos que te dejas en el cabello, como un tratamiento, de vez en cuando.
Cabello grasoso
El cabello grasoso puede ser molesto, pero prevenir ese brillo sucio puede ser tan sencillo como lavarte el cabello con menos frecuencia. Haciendo esto en realidad estás removiendo los aceites naturales de tu cabello, causando una sobreproducción de estos aceites perdidos. Busca acondicionadores con aceite de árbol de té o menthol, estos ingredientes remueven los aceites en exceso sin dañar el cuero cabelludo.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.