Aún mientras los consumidores de clase media están reduciendo sus presupuestos, las compañías están encontrando formas para vender productos de «lujo de diario» que cuestan entre 30% a 50% más. El secreto esta en la presentación del paquete.
Cuando se trata de la satisfacción general de un producto los consumidores califican la presentación casi al mismo nivel que la marca. La presentación tiene un papel importante en la preparación inconsciente o los factores que los consumidores consideran cuando están evaluando la calidad de un producto.
En otro estudio de la Universidad de Miami, los investigadores descubrieron que el atractivo del producto (que se mide con el tiempo que un cliente ve al producto) es tan importante como la preferencia personal por la marca.
Los consumidores pueden llegar a creer que un producto es de mayor calidad por cuestiones visuales como colores apagados, acabados en mate y materiales que parezcan hechos a mano. Papas en una bolsa con un acabado en mate, en lugar de una bolsa con el acabado brilloso con colores llamativos, puede parecerle a la gente como algo artesano. Los consumidores también son atraídos por productos que parezcan funcionales y resistentes.
Hasta el sonido puede transmitir la ilusión de lujo. «Los pequeños sonidos que hacen los productos – un click, un chasquido, un crujido, etc – pueden ser memorables y profundamente satisfactorios, a menudo implicando lujo, frescura, efectividad y seguridad,» según un articulo en el Wall Street Journal.
Y luego, por supuesto, queda el tacto. Más suave es mejor, según el estudio. También lo es terco y sedoso cuando se trata de cremas y acondicionadores.
Gracias a esta presentación, un grupo pequeño de consumidores esta despilfarrando de manera pequeña al comprar servitoallas más gruesas o jugo de granada en lugar de jugo de naranja.
Se llama la «democratización del lujo» según la empresa de investigación, Mintel, y esta robándote centavos sutilmente.