Los científicos saben qué ocasiona las alergias. Cuando las partículas de polen, el pelo de las mascotas o ciertas clases de alimentos entran en nuestro cuerpo, se les llama antígenos. Si tu cuerpo es sensible a esa partícula, la confunde con un invasor dañino, según la Academia para las Alergias, Asma e Inmunología de Estados Unidos. La partícula se vuelve entonces lo que llamamos un alérgeno, (aunque ser sensible a la sustancia no garantiza que desarrollarás una alergia).Los alérgenos ocasionan que tu cuerpo produzca inmunoglobulina E (IgE), es decir, anticuerpos. Los anticuerpos identifican y destruyen a los invasores peligrosos. Desafortunadamente, los anticuerpos también liberan histamina y otras sustancias químicas que pueden desencadenar una reacción alérgica.

Pero, ¿qué provoca que una persona sea sensible a estos antígenos aleatorios que flotan en el aire, mientras que otras personas van por la vida con los ojos secos y los senos nasales despejados?

Los científicos no lo saben con certeza, pero tienen algunas ideas.

La médico Christine Cole Johnson ha estudiado las alergias desde principios de la década de 1980. Su equipo de investigadores en el Hospital Henry Ford fue el primero en demostrar que tener una mascota en casa durante el primer año de vida de tu hijo puede prevenir que desarrolle alergias, descubrimiento que se ha repetido en otros estudios.

Sus investigaciones más recientes indican que el desarrollo de las alergias empieza antes de eso.

Johnson analizó los datos de un grupo de más de 1,200 recién nacidos en Michigan entre 2003 y 2007; los investigadores los evaluaron al mes, a los seis meses, al año y a los dos años de edad.

Descubrieron que los bebés nacidos por cesárea tienen seis veces más probabilidades de ser sensibles a los ácaros del polvo que los bebés que nacieron de forma natural. La investigadora también encontró resultados similares en la exposición a alérgenos como el pelo de gato y de perro.

Los bebés que nacieron por cesárea tienen un microbioma diferente en su tracto gastrointestinal, dijo Johnson. Un microbioma es la palabra que los científicos usan para describir las colonias de bacterias que viven en los humanos, ya sea en la boca, la piel o el sistema digestivo.

“Es bastante sorprendente. En los humanos, las células bacterianas superan en número a las células humanas en una proporción de 10 a 1”, dijo Johnson. “Esas bacterias son importantes, no podríamos existir sin ellas”.

En el vientre, los bebés son estériles, explicó Johnson. Cuando pasan por el canal de parto, se exponen a la población de bacterias de los microbiomas vaginales y gastrointestinales de su madre. A través de esta exposición, sus propios sistemas inmunitarios aprenden a diferenciar entre las bacterias buenas y malas, cuáles combatir y cuáles usar.

Los bebés que nacen por cesárea tienen bacterias intestinales que se asemejan más al microbioma cutáneo de su madre, dijo Johnson. Tarde o temprano sus bacterias digestivas se normalizan, pero ese retraso podría permitir que la exposición a los alérgenos se convierta en sensibilidad.

Por supuesto que esa es solo una posible causa de las alergias, o una causa posible entre muchas otras.

El colega de Johnson, Haejin Kim, alergólogo en Henry Ford, está investigando el papel que juega la genética.

En el estudio más reciente de Kim se descubrió que los niños afroamericanos son tres veces más sensibles a la comida que los niños caucásicos. También se determinó que un niño afroamericano de un padre alérgico tiene el doble de probabilidades de ser sensible a un alérgeno ambiental que un niño afroamericano cuyos padres no son alérgicos.

Kim dijo que sus resultados no cambiaban según el sexo u orden de nacimiento del niño.

“Esto indica que (las alergias) podrían ser genéticas”, dijo Kim, algo que los científicos siempre han sospechado.

Sin embargo, no se trata de una enfermedad genética 100% heredada. “No existe un gen para las alergias o el asma. Probablemente se trate de una combinación de varios genes que de alguna forma interactúan con el ambiente”.

Jonathan Silverberg, dermatólogo del Centro Médico St. Luke-Roosevelt en Nueva York, analizó recientemente los datos de más de 91,000 niños para determinar si los niños nacidos fuera de Estados Unidos tenían las mismas probabilidades de desarrollar alergias que los niños estadounidenses.

Descubrió que los niños nacidos en el extranjero y que vivían en EU tenían la mitad del riesgo de desarrollar alergias que quienes habían nacido allí. El dato correspondía a toda clase de alergias, incluidas las alimenticias, aunque el asma tenía mayor prevalencia.

Silverberg y sus colegas iniciaron el estudio luego de que se dieron cuenta de que los niños nacidos en el extranjero a los que atendía desarrollaban alergias a mayor edad. Descubrieron que los niños nacidos en el extranjero que habían vivido durante más de 10 años en Estados Unidos presentaban mayor incidencia de alergias que los niños que sólo habían estado un par de años en el país.

Los científicos saben que la exposición ambiental es un factor importante en las enfermedades alérgicas; no puedes desarrollar sensibilidad a algo a lo que nunca te has expuesto. Sin embargo, anteriormente los investigadores se habían concentrado en los alérgenos en el aire como el polen y no en otras exposiciones ambientales, dijo Silverberg. Esos otros factores podrían estar relacionados con las infecciones específicas al clima, la dieta o la ubicación geográfica del niño.

“Lo que (este estudio demuestra) es que hay algo a lo que nos exponemos en Estados Unidos que no existe en otros países y que al parecer ocasiona que la gente desarrolle o manifieste una enfermedad alérgica”, dijo.

Hasta ahora no se sabe cuál es el factor que juega el papel dominante, si es que existe.

Silverberg dijo que es difícil sacar conclusiones prácticas de esta clase de estudios. Sin embargo, con el tiempo descubriremos de dónde provienen las alergias, lo que nos podría ayudar a descubrir una forma de prevenirlas o al menos de tratarlas más eficazmente.

Entonces, quienes sufren las alergias podrán retozar en las flores, rodar en el pasto y comer cacahuates al igual que los demás.
(CNN)