Por cualquier inconveniente o apuro que podrías tener, a todos nos ha pasado que repentinamente tenemos la urgencia por conseguir dinero que no tenemos, ¿entonces qué hacer en estos momentos?

Pues, naturalmente pides un préstamo. Pero esto puede ser difícil y sumamente incómodo para cualquiera. Como el dinero es un reflejo de status social, a muchos nos da pena mostrar que estamos pasando por malos momentos económicamente.

Como hablar de dinero puede avergonzarte o hacerte sentir vulnerable, es mejor pedirle a un conocido un préstamo cuando lo necesitas. Pero ten un poco de tacto al hacerlo, puedes decir algo como “oye, necesito hablar contigo sobre algo un poco serio, ¿cuándo sería buen momento para hacer eso?” No vayas a preguntarlo casualmente en una fiesta.

Pedir dinero es algo que solemos evadir. Pedir prestado para cosas como la renta es una situación de alto riesgo para la amistad ya que gastos recurrentes como este pueden dejar abierta la posibilidad de que vayas a pedir más en otra ocasión. Pide este tipo de préstamo si es cosa de una ocasión nada más.

Cuando pides el préstamo, piensa en tu amigo como un banco. Necesitarás brindar un plan de pago claro para asegurarle que le vas a devolver su dinero. Le explicas tu situación, dices cuánto vas a necesitar y explicas detalladamente cómo y cuándo le regresarás el dinero.

Prepárate para el rechazo. Pedirle dinero a un amigo puede parecer una falta de respeto hacia la amistad, podría ser considerado como cruzar una raya, así que elige cuidadosamente a quién le preguntarás y ten el plan de pago claro y preparado.

¿Pero qué si a ti te piden dinero prestado?

Si vas a prestarle dinero a un amigo, idealmente deberías estar en una posición con una mentalidad en donde no tengas problemas si nunca vuelves a ver ese dinero. No debes de tener un problema con que mal gasten el dinero, o sea que no deberías de enojarte si después de prestarle el dinero lo veas con zapatos nuevos.

Si anticipas que algo así sucederá y esto afectaría la amistad, no prestes el dinero.

En el caso de que rechaces a tu amigo por el préstamo, no lo vuelvas personal. Que se trate de tú situación, no de la persona que te está pidiendo el préstamo. Con que digas algo como “Ahorita no puedo, tengo unos pagos que hacer y no me sobra el dinero.”

Si tienes un amigo que constantemente te está pidiendo dinero prestado, entonces quizá sea tiempo de tener otro tipo de conversación que tenga que ver con que ponga su vida en orden tu amigo. A veces ser un amigo implica que tienes que hacerles ver que tienen que poner su vida en orden.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.