A lo largo de los años se han probado muchos métodos, pero ninguno parece ser ideal.

Pantano cubierto de alquitrán en Jimmy Bay, Plaquemines Parish, Louisiana

En 1967, el buque Torry Canyon se averió cerca de Lands End, un cabo en el oeste del condado de Cornualles, en Inglaterra, y vertió grandes cantidades de petróleo al mar. Los métodos intentados para combatir el derrame incluyeron el uso de detergentes para fragmentar las manchas de hidrocarburos, e incluso el lanzamiento de napalm desde aeronaves para quemar el crudo.

El operativo tuvo un efecto desastroso en muchas especies marinas que murieron incineradas o envenenadas.

En 1989, tras el desastre del Exxon Valdez en Alaska, se usó por primera vez la limpieza con vapor a alta presión. La costa se veía limpia, pero el petróleo acabó siendo forzado a zonas antes no afectadas, y muchas especies murieron escaldadas.

Toda una batería de técnicas se usaron luego de la explosión en la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México en 2010, desde la última generación de dispersantes hasta mecanismos de succión del crudo.

Pelícano cubierto de crudoUn pelícano cubierto de crudo en junio de 2010, dos meses después del desastre en el Golfo de México.

Pero los resultados no fueron alentadores. Varios estudios científicos indican que los dispersantes tuvieron un impacto tóxico para la vida marina.

El derrame del Golfo de México fue descrito como el peor desastre ambiental en la historia de Estados Unidos. Al menos 4,9 millones de crudo fueron vertidos al mar, una cantidad 20 veces mayor que la derramada por el Exxon Valdez.

Un estudio liderado por Rob Williams, de la Universidad de Columbia Británica en Canadá, y publicado en la revista Conservation Letters, indicó que la cantidad de mamíferos como ballenas y delfines muertos por el derrame puede ser hasta 50 veces mayor que el número de carcasas recuperadas.

(BBC)