En los cavernosos cuarteles del Cirque de Soleil, ubicados en las afueras de Montreal, cerca de un vertedero de basura, modestos edificios de oficinas hacen un buen trabajo enmascarando el circo que contienen.
Pero al atravesar la puerta principal, el primer consejo para los visitantes es el siguiente: “No intenten esto en su casa”.
No es sencillo saber exactamente qué es lo que uno no debe intentar. ¿Saltar de un trampolín disfrazado de cama, sumergirse desde un trapecio en unos baldes de espuma, transformar en un zapato de ballet en un estilete, o tejer más de 150 kilómetros de tela y transformarlos en trajes capaces de resistir el agua y el fuego?
En casi todo turno de trabajo, más de 2.000 de los 5.000 empleados que tiene la firma en todo el mundo están ensayando una coreografía, diseñando un disfraz, o practicando una acrobacia que ha permitido al Cirque de Soleil volverse un fenómeno circense global.
Con más de 19 giras y actuaciones estables en todo el planeta, en lugares como Las Vegas y Tokio, la compañía genera más de mil millones de dólares al año.
Pero no se equivoquen, los payasos pueden manejar el auto, pero son sagaces hombres de negocios los que conducen el show.
“Está muy bien tener un buen producto artístico, pero hace falta tener una buena gerencia de negocios”, dice Gilles Ste-Croix, uno de los cofundadores de la compañía que se desempeña actualmente como director artístico.
Dinero a zancadas
Todo empezó en 1984 en el pequeño suburbio de Baie-Saint-Paul, en Quebec, Canadá, cuando un grupo de acróbatas en zancos y artistas callejeros formaron una compañía llmada Le Club des Talons Hauts (el Club de los Tacos Altos).
Luego de alcanzar cierto éxito a nivel local, el fundador del grupo, Guy Laliberte, comenzó a negociar para que el grupo fuera incluido en las celebraciones por el aniversario de los 450 años de fundación de Quebec con su espectáculo “Cirque du Soleil”.
Para conseguir dinero, Laliberte convenció a su socio, Ste-Croix, de caminar unos 90 kilómetros en zancos.
“Cada vez que subo grandes colinas me acuerdo de esa noche y pienso ¿qué loco que estaba?”, dice Ste-Croix, quien agrega que -quizás- el pensamiento más loco fue no imaginar que esa pequeña compañía podía llegar tan lejos.
Luego del éxito del show por la fundación de la ciudad, decidieron cambiarse el nombre a Cirque de Soleil, y rápidamente encontraron gente que estaba dispuesta a pagar para ver su mezcla de acrobacia con arte.
Un factor crucial en su éxito fue que descartaron usar animales, una práctica asociada normalmente con circos como Barnum and Bailey´s o los Hermanos Ringling. En su lugar, se concentraron en sus acrobacias realizadas en una gran carpa.
“Ahora, la fusión de acrobacia con diferentes formas artísticas es muy común, pero cuando empezamos, éramos casi los únicos con ese estilo”, recuerda Ste-Croix.
Otra decisión crucial fue agregar espectáculos permanentes a las habituales giras de la compañía.
En 1993, Laliberte se asoció con el magnate de los casinos Steve Wynn, en Las Vegas, para crear el show estable “Misterio” en el Hotel Mirage de Wynn, y en 1998 el espectáculo La Nouba fue inaugurado en Disneyworld, en Orlando, Florida.
“Los niños mimados”
La ausencia de una cultura circense en Canadá le brindó a la compañía un espacio para experimentar y explorar.
Para desarrollar su marca en Europa, la compañía primero salió en gira con el circo suizo Knie y presentó sus shows en toda la región. En 1995, buscó ampliar aún más su mercado con cinco shows de tu espectáculo Saltimbanco bajo una enorme carpa blanca.
La compañía también se volvió muy popular en Japón, allá por 1992, lo que le permitió una entrada crucial a los mercados asiáticos.
Hoy “somos los niños mimados de Canadá”, dice Ste-Croix, mientras recuerda que la mayoría de los ingresos generados por la compañía provienen de su desempeño fuera del país.
Pero con el éxito llegaron también lecciones difíciles.
Este año la compañía sufrió su primera tragedia, cuando uno de los acróbatas de uno de sus shows en Las Vegas murió tras una caída. Luego fue multada por las autoridades estadounidenses por condiciones de trabajo poco seguras.
Y la jactancia de que nunca habían tenido un fracaso terminó cuando, por primera vez, tuvieron que cancelar shows a comienzos de este año.
Todo empezó cuando el jefe ejecutivo, Daniel Lamarre, anunció en 2008 que el Cirque de Soleil anunció un plan para ampliar el número de show anuales de uno a tres, lo que muchos interpretaron como un camino al declive de la calidad.
Como una joya
“Con el crecimiento perdimos algo de la idea de pulir cada show como una joya hasta que se vuelva un diamante y brille por siempre”, admite Ste-Croix.
Con los shows cancelados la compañía anunció que 400 de sus empleados se quedarían sin trabajo.
Ahora la compañía dice haber renovado sus esfuerzos en su principal razón de ser: sus espectáculos.
Ha logrado un gran éxito con su gira mundial Micahel Jackson Inmortal, lo que ha contribuido a aliviar las presiones financieras.
Y ha comenzado a mirar con atención a China y su mercado cada vez más importante.
“He visto espectáculos en diferentes lugares de China y me entrevisté con un director artístico que ha visto todos nuestros shows en Las Vegas y está muy orgulloso de copiarnos”.
“Ellos dicen que es un homenaje hacia nosotros. Tenemos que penetrar ese mercado para ser el producto original”, indica Ste-Croix.
Pero por sobre todas las cosas, él insiste que la compañía es tan buena como su último show, sea en Montreal o en Pekín.
“No debemos ser pretenciosos, sino humildes”, concluye Ste-Croix.