Además de increíbles resultados con sus cuerpos, una cosa que oyes mucho de las mujeres que han llevado dietas exitosas es la manera que al principio sientes algo como síndrome de abstinencia.
Mientras todos sabemos que cambiar tus hábitos alimenticios no es fácil, nos preguntamos si es posible sentir los mismos síntomas de desintoxicación con el azúcar, la grasa y los alimentos procesados de la misma manera que pasa cuando dejas la cafeína o el cigarro.
Según los expertos, no hay suficiente evidencia científica para apoyar la noción de que la gente pasa por un síndrome de abstinencia cuando dejan ciertos alimentos. El verdadero síndrome de abstinencia, el tipo que resulta después de dejar alguna sustancia adictiva, y el antojo son dos cosas completamente distintas. Una es psicológica mientras que la otra es fisiológica. La psicológica es la que sientes cuando estás tratando de comer más sano o tratando de bajar de peso.
Por esta misma razón siempre suelen fallar las dietas restrictivas. Mientras más te prohibes algo, más lo vas a extrañar.
Aunque es más probable que simplemente extrañes tus papás fritas y helado, sí existen pruebas científicas que sugieren que cambiar tu dieta puede hacer que te sientas físicamente miserable. Estudios hechos en animales muestran que alimentos altos en grasa y azúcar pueden causar cambios químicos en el cerebro.
Para lidiar con esta falta de falta de dulce y grasa, busca cosas con menos calorías o más nutrientes que podrían satisfacer tu antojo en lugar de eliminar los alimentos por completo.
Por ejemplo: si los carbohidratos son como tu kriptonita, come pasta de maíz entero, sólo acompáñalo con camarón o verduras. La fruta con azúcar natural es un buen sustituto para las cosas dulces también.
También puedes ponerte creativo con sustitutos para sabor. Si el sodio de algunas papas fritas te deja con ganas de algo para contrarrestar ese sabor después, sugerimos que agregues ingredientes más ácidos, como limón o vinagre de vino tinto. Cuando reduces el sodio, agregar un ingrediente ácido ayuda a que la comida sepa mejor al brindar más sabores para tus papilas gustativas.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.