¿Qué pasaría si pudieras oler el fucsia o saborear el sonido de una flauta? Para aquellos que tienen sinestesia, esta clase de asociación sensorial pasa diario. Zachary Howard, un ingeniero de aeroespacio y artista, quiso un día experimentar la sinestesia. Así que creó un dispositivo que convertiría los colores en olores.
Primero, un sensor en el dedo de Howard detecta el color de un objeto y lo envía a un procesador en una banda que tiene en el brazo. Esta banda tiene un chip Intel Edison, que analiza el color y lo descompone en componentes rojos, verdes y azules, creando una señal RGB. Luego el chip coordina la liberación del olor basándose en la combinación de rojo, verde y azul, tres tubos de aceites esenciales–uno para cada color–se abre para crear un olor combinado. Howard usa toronja para el rojo, hoja de té para el verde y lavanda para el azul.
Finalmente, dos pequeños ventiladores soplan las boquillas de los tubos de ensayo, recogiendo el olor y transportándolo a la nariz de usuario.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.