Se trata de una iniciativa comercial llamada ‘Vaginamía’, que permite a las mujeres llevar el diseño de su propio genital en una joya

Cada una es tallada en material de plata acompañadas de una perla natural, que asemejan los labios y el clítoris de una vagina en diferentes modelos y que buscan resaltar la diversidad de estas, según promociona el portal de la joyería.

Más allá de  la venta de un producto, la creadora de la joya, Joëlle Golmann, asegura que “se busca romper con el silencio que rodea la vagina”. La idea nació en medio de su cotidianidad como madre, donde se dio cuenta que a las niñas “se les enseña a no tocar su vagina porque se pueden enfermar, mientras que con los niños se les dice que es normal”.

Golmann, que también es politóloga y de nacionalidad sueca, se inspiró en la exposición británica The great wall of vagina, en la que el escultor Jamie McCartney creó miles de vaginas para evidenciar su diversidad y cambiar la percepción que muchas mujeres tienen de sus genitales.

En ese mismo sentido, la propuesta de esta joyería se centra en “que las mujeres rompan con el tabú relacionado con su vagina”. Hacerla visible —con un collar—  y desafiar el sexismo.

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En el portal de la joyería se puede visualizar la primera colección de ‘Vaginamía’, que incluye cinco diseños, cada uno representando a una flor colombiana: anturio, bomarea, meriania, magnolia y victoria regia. “La idea era personalizar cada modelo con algo conectado a Colombia, porque es el lugar donde se producen. Busqué especies específicas con similitudes en cuanto a su apariencia”, agregó a Kienyke.

Pero el portal también invita a las mujeres a que obtengan un diseño único de ‘Vaginamía’, con el modelo de su propia vagina, bajo condiciones de confidencialidad, mandando una foto de su genital.

Para ellos, cargar la vagina significa tomar posición. “Indica que una mujer no tiene por qué ocultarla y se siente orgullosa”, puntualiza Joëlle.

Con respecto a la respuesta del público sobre esta original joya, las reacciones han sido de polos opuestos. Joëlle afirma que “hay mujeres, entre los 15 y 70 años, que la han buscado para decirle que les encanta la idea y quieren tener una. Pero hay mujeres y hombres que han reaccionado con frases como: ¡Qué asco!”

Fuente: Pulzo