Tener una estatura baja tiene sus pros y sus contras, pero por lo general no es algo que pueda arruinarte la vida, a menos claro que quieras ser una supermodelo o un basquetbolista de la NBA; sin embargo, es un hecho que existen muchas cosas que sólo quienes no pasamos del 1.60 conocemos, si este es tu caso seguramente te sentirás identificado:
1.La gente te acaricia la cabeza. A veces no sé si esta palmadita en la cabeza es por ternura, pero no está padre sentirte como una mascota.
2.Los pantalones siempre te quedan largos. Aquí hay tres opciones, los mandas con el sastre, los doblas tú mismo, o compras en el área de niños.
3.Sueles ver a la gente hacia arriba. Y no es por admiración.
4.Poder ver en los conciertos en un martirio. Siempre habrá una cabeza que tape tu vista directo al escenario.
5.Tus pies cuelgan cuando te sientas. A menos claro que sea una silla para niños.
6.Tu hombro o cabeza sirven para que otros se recarguen. ¡No somos muebles!
7.Ir de compras es un todo un ejercicio. Para alcanzar lo que está en los estantes de arriba debes estirarte, brincar, escalar o si eres muy práctico pedir ayuda.
8.El punto 7 aplica también para cualquier actividad que implique altura. Cambiar focos, sacudir la parte de arriba de un mueble, etc.
9.Te ven como un bebé. Por favor entiendan que la estatura no es sinónimo de edad.
10.Respirar en el transporte público es una odisea. Por lo general tu cabeza queda a la altura de las axilas de las personas, y para tomar un poco de aire más o menos limpio tienes que pararte de puntas o intentar estirare cuello como una jirafa.
11.Todo mundo quiere cargarte. ¡Entiendan que NO somos bebés!
12.No alcanzas los pedales al manejar. Tenemos que hacer el asiento hasta adelante, y a veces poner unos cojines par alcanzar a ver bien. ¿Qué alguien no puede inventar un coche para nosotros? No cuentan los de Barbie o Hot Wheels.