[sws_blockquote align=»» alignment=»alignleft» cite=»» quotestyles=»style01″] Coy Mathis nació nene pero se siente nena. Y todo el mundo la acepta como tal, excepto en su escuela: le prohibieron usar el baño de chicas. Con una medida ejemplar, el Estado de Colorado (USA) reconoció sus derechos. Una historia con final feliz. [/sws_blockquote]

“Varón”, dijo la partera cuando Coy Mathis llegó a este mundo seis años atrás. Sin embargo, al poco tiempo, cuando comenzó a dar sus primeros pasos, sus padres reconocieron que él no se estaba cómodo en ese género. Desde un principio mostró interés por las cosas relacionadas habitualmente con las niñas: cuando tenía cinco meses tomó una manta rosada que era para su hermana Lily, nunca jugó con autitos y se negaba a salir de la casa si la vestían como un nene. Eso la deprimió y la aisló hasta el punto de decirle a sus padres que deseaba que un médico “la reparara’”. Poco después llegó el diagnóstico: tiene un desorden de identidad de género que la lleva a identificarse con el sexo opuesto. Por eso, hoy Coy es una nena, se siente nena, y es tratada como tal… Excepto en su escuela.

Su familia se quejó e inició una demanda, luego de que en el colegio Eagleside, en el que cursa primer grado, le prohibieron utilizar el baño de chicas. En ese momento, sus padres tuvieron miedo de que se sintiera hostigada e, incluso, estigmatizada, y acudieron a la División de Derechos Civiles de Colorado, una dependencia estatal se aborda este tipo de casos. Mientras tanto, la niña continuó tomando clases en su casa para evitar todo tipo de inconvenientes.

 

No hay mal…

Gracias a esto, el Estado de Colorado reconoció el derecho de Coy a compartir el baño con sus compañeras. Las autoridades sostuvieron esto ya que, a su juicio, prohibirle usar el toilette «crea un entorno hostil tanto objetiva como subjetivamente, así como intimidatorio y ofensivo».

«Estamos entusiasmados de que Coy pueda regresar al colegio y que vaya a tener los mismos derechos que el resto de las niñas. Estamos extremadamente contentos de que vaya a ser tratada con igualdad y agradecemos la conclusión a la que ha llegado la División de Derechos Civiles», indicó Kathryn Mathis, madre de la pequeña. Y agregó al ser consultada por los medios: “Su futuro va a ser mejor si llegamos a un punto en que no hay nada de qué avergonzarse».