Investigadores han combinado dispositivos catalizadores solares con bacterias manipuladas genéticamente para convertir agua y dióxido de carbono en un combustible líquido a base de alcohol.

Este proceso esta basado en la manera que las plantas hacen fotosíntesis para convertir el CO2, H2O y otros ingredientes en energía, pero con algunos giros químicos. Uno de los investigadores, Dan Nocera, han estado trabajando en el sistema de hojas artificiales por más de diez años. “Los catalizadores que hice son extremadamente bien adaptados y compatibles con las condiciones de crecimiento que necesitas para organismos vivos como las bacterias,” dice Nocera.

El catalizador usa la luz solar para dividir las moléculas del agua, separando el hidrógeno y el oxígeno. Luego una sepa de bacteria, conocida como Ralstonia eutropha combina el hidrógeno con dióxido de carbono para crear isopropanol, el cual puede ser quemado como combustible pero es mejor conocido como el ingrediente principal en el alcohol etílico.

Otro miembro del equipo de investigación, Pamela Silver, dice que el experimento es una prueba de concepto para la conversión de energía solar a química. El siguiente paso será incrementar la eficiencia del sistema de su actual nivel de 1% a su meta de 5%.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.