Cada dos horas y 20 minutos, muere una mexicana por cáncer de mama, según las cifras más recientes de mortalidad, correspondientes a datos del 2011, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Para combatirlo, uno de los tratamientos que se emplean y tienen repercusión directa en la imagen de las mujeres es la mastectomía, o extirpación de mama.
Se puede aplicar de manera preventiva en casos de alto riesgo de padecerlo —como sucedió a la actriz Angelina Jolie—, o al detectar el desarrollo de un tumor en la zona. Se trata de una técnica quirúrgica en la que se quita toda o una parte de la glándula mamaria.
Posteriormente, si la paciente puede y desea hacerlo, y el médico lo recomienda, existe el recurso de la reconstrucción (procedimiento mediante el cual se coloca un implante).
El cáncer de mama es el más común en las mujeres mexicanas, con 15,000 casos nuevos diagnosticados cada año. Cuando se detecta en fases tempranas, se pueden prevenir alrededor del 60% y 80% de los fallecimientos, de acuerdo con el programa Harvard Global Equity Initiative, del Global Health Institute de la Universidad de Harvard.
La mayoría de las pacientes son candidatas a la reconstrucción mamaria después de una mastectomía. Para quienes tienen contraindicación médica (por ejemplo, porque fuman y no desean dejar de hacerlo o quienes tienen enfermedades que pueden complicar la recuperación posquirúrgica, como la diabetes o la hemofilia), existen las prótesis mamarias externas.
La estética es una de los principales razones del uso de prótesis mamarias tanto internas como externas. Sin embargo, cumplen otras funciones muy importantes: ayudan a prevenir dolores musculares en cuello y espalda causados por el desequilibrio debido a la falta de un seno y contribuyen a mejorar la postura.
Después de la mastectomía, el cirujano indicará el momento adecuado para empezar a usar una prótesis. Esto dependerá de la condición médica de la paciente, de cómo transcurre su postoperatorio y el tipo de mastectomía que le haya sido realizada. Normalmente se colocan a los 30 o 40 días, cuando el proceso de cicatrización ha terminado.
La principal característica de las prótesis es que su colocación no requiere cirugía, según información ofrecida por la organización de cáncer de mama BreastCancer.org.
Las prótesis mamarias externas pueden adherirse a la piel con pegamento especial, o colocarse dentro del bolsillo del sostén. Se fabrican por tallas en tiendas de ortopedia.
El uso de una prótesis hace que la mujer se sienta más segura de sí misma, lo cual es básico en su recuperación emocional. “La primera vez que una mujer se enfrenta a una prótesis es muy impactante, pues es tener frente a sí el reemplazo de una parte del cuerpo que ya no tiene. No obstante, una vez que se la prueba y de que la ve como una posibilidad real de cubrir una necesidad, empieza a tener más confianza y a ver su imagen muy parecida a como era antes, lo que la hace sentir mejor”, considera Toni Crestani, sobreviviente de cáncer de mama y presidenta de la institución de asistencia social Grupo Reto.
Los materiales
Idealmente, la prótesis debe parecerse al seno que todavía se conserva. Cuando se elabora a medida, su silueta corporal logra verse totalmente armónica y al caminar no se nota, pues el movimiento se da de forma natural.
La elección de la prótesis ideal depende del estilo de vida de cada paciente y de su presupuesto y puede obtener asistencia tanto con su médico como en tiendas de ortopedia.
La mayoría de las prótesis están hechas con silicón, material que proporciona la forma y el peso adecuados para la simetría y la salud de la columna vertebral, además de que se adapta rápidamente a la temperatura del cuerpo. Son cómodas y frescas y los cuidados son mínimos, pues sólo hay que limpiarlas diariamente y evitar dormirse con ella, ya que puede deformarse. Su vida útil, en promedio, es de tres a cinco años.
Otro material empleado es el gel polímero, de consistencia elástica, que imita el tejido y la piel, no se pincha, es blando, suave al tacto, otorga un movimiento natural, se adapta a la temperatura del cuerpo y puede usarse en aguas saladas, cloradas o termales. Su tiempo estimado de vida es de tres a cuatro años.
Algunas marcas de prestigio, como Amoena, emplean tecnologías adicionales al silicón, para mayor comodidad de quien la usa, como el Outlast, desarrollado para la NASA para proteger a los astronautas de los cambios extremos de temperatura, que permite que la prótesis guarde menos exceso de calor, menos frío y provoque menos sudoración.
También utilizan una cubierta de poliuretano resistente al uso, suave y que no provoca alergias ni irritaciones en la piel.
Aunque, por su aparencia, parezca sencillo elaborar una prótesis, no se recomienda utilizar una casera, ya que ésta nunca tendrá las condiciones adecuadas para cumplir 100% sus funciones estética y de salud.
Dónde conseguirlas
El costo de las prótesis mamarias externas van de los 2,000 a los 5,000 pesos en tiendas especializadas de productos para pacientes con cáncer.
Fundación Cimab tiene un programa de donación para las mujeres en recuperación que acuden a su grupo de apoyo emocional. A lo largo de diez años, ha otorgado más de 550 de forma gratuita.
Grupo Reto, por su parte, cuenta con un laboratorio para la elaboración de prótesis que funciona bajo la tecnología y supervisión de la Universidad Nacional Autónoma de México desde hace 28 años. Dichas prótesis están hechas a base de polímeros, material similar al hule espuma. Hay de dos tipos: con peso y sin peso, para el descanso. Su costo es muy bajo (150 pesos) y las venden en sus instalaciones.
Lencería especial
Para complementar las prótesis se debe utilizar, en la medida de lo posible, lencería diseñada especialmente para sostenerla y evitar que se mueva o se salga por el escote. Sus bolsillos internos están elaborados con materiales elásticos y resistentes (spandex).
En algunos casos, los tirantes son más anchos y acolchados para evitar la aparición de linfedema (exceso de líquido linfático acumulado en los tejidos del brazo). Los materiales suelen ser suaves para no causar irritación o incomodidad.
También hay trajes de baño especiales con características similares a la de los sostenes, que permiten un movimiento cómodo y una silueta natural.
Utilizar las prótesis en la talla correcta puede significar una gran diferencia en cómo una mujer a la que le fue practicada una mastectomía se siente todos los días.