Prolongar hasta el extremo la vida de los cosméticos, las cremas o el maquillaje, puede ser perjudicial para el bienestar de una persona, ya que muchos, una vez entran en contacto con el medio ambiente, se convierten en el almacén adecuado para que determinadas bacterias que originan enfermedades aparezcan y se desarrollen en su interior.
Un consejo para tener en mente la posible durabilidad de esto productos es marcar en el envase, con un marcador permanente, la fecha en la que se abrió por primera vez. Así se controla el tiempo que lleva abierto.
Te ofrecemos una lista para que te orientes en la duración de ciertos productos:
Esponja. Entre tres y cuatro semanas.
Rastrillo. Cinco semanas
Rimel. Tres meses, ya que las bacterias que ocasionan la conjuntivitis y la orzuela encuentran en el envase el escenario perfecto para coexistir.
Cremas hidratantes. 12 meses
Desmaquillante y tónicos. De seis a 12 meses. Los que contienen alcohol en su formulación tienen mayor durabilidad, pues esta sustancia actúa como conservante.
Shampoo y gel de baño. De 12 a 18 meses.
Desodorante. Doce meses sin importar su formato.
Delineador de ojos. Un año, aunque los líquidos deben sustituirse cada tres o seis meses.
Bases de maquillaje (polvos o compactos). Entre uno y dos años. Cuando los pigmentos y el aceite que lo conforman comienzan a separarse, es hora de tirarlo a la basura.
Esmalte de uñas. Un año. Es fácil reconocer cuando se caduca, pues su textura se vuelve grumosa y apelmazada.
Labial. De 12 meses a dos años. La vida útil de este producto se puede extender su se guarda en un entorno frío, como el refrigerador.
Sombras de ojos. Entre 12 y 36 meses si se cuidan bien.
Bloqueador. Entre uno y dos años. Es importante tener en cuenta la caducidad de este producto pues, con el tiempo pierde su efectividad, por lo que dejará de proteger frente a los efectos dañinos de una incidencia solar directa y sin protección.