* La revista de la UACM fue presentada dentro de la XXXIV FILPM
México, 22 Feb. (Notimex).- Tras lamentar que la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) viva “una tragedia shakespereana”, en estos días, la escritora nacionalizada mexicana Elena Poniatowska (París, 1932) agradeció el homenaje que le brinda su publicación “Cultura urbana”.
El número 37-38 de la revista dirigida por Juan José Reyes fue presentado hoy en el marco de la XXXIV Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM) por el director y responsable de Publicaciones de la UACM, Víctor Manuel Mendiola, ante casi 150 seguidores de la festejada.
“La revista tiene un nombre atinado, porque refleja fielmente el pulso de la cultura de las calles de la ciudad de México, y es fruto de lo que Juan José Reyes ha sembrado durante muchos años, desde que estuvo tres lustros en uno de los suplementos más interesantes del periódico ´El Nacional´”, dijo la autora.
“Elenita”, quizá la escritora viva radicada en México más consentida por los lectores de este país, externó su amor por dicha casa de estudios, de la cual surge este proyecto editorial que en este número le rinde un homenaje.
A la publicación “le deseo una larga vida, literaria e intelectual”, dijo ante la mirada atenta, sonriente de cada uno de quienes siguieron sus palabras, en su mayoría jóvenes.
En su turno, Juan José Reyes recordó que fue en la década de 1950 cuando Elena Poniatowska, joven de cara inocente y piernas bonitas, comenzó a sorprender a la sociedad en su conjunto con sus crónicas, las cuales con el tiempo fueron evolucionando igual que ella, para ser más críticas, atinadas e inteligentes.
Por su parte, Mendiola dijo que “Poniatowska representa y es un símbolo de la conciencia y la justicia de la segunda mitad del siglo XX en México. Ella es protagonista de la literatura, de la cultura y de la ciudad de México”.
Tras la presentación de la revista, decenas de personas solicitaron que su ejemplar respectivo les fuera firmado por la autora de “La noche de Tlatelolco” y “Hasta no verte Jesús mío”, entre otros títulos, quien accedió con su habitual buen talante e imborrable sonrisa.
La fila se organizó pronto y cada uno de los interesados, revista y pluma en mano, aguardó su turno para ver de cerca a la intelectual.