Alemania alumbró con fuegos artificiales la llegada del 2013, festejo que costó unos 115 millones de euros y que reunió a más de un millón de personas en la Puerta de Brandenburgo, en medio de llamados a la solidaridad con los más necesitados.

En las iglesias católicas y protestantes se oficiaron misas de Año Nuevo que se centraron en llamados para ayudar a los más débiles y a evitar el egoísmo autocomplaciente.

El llamado no sólo se refirió a ayudar a los débiles económicamente del país, sino también a los países de la zona euro que están en crisis financiera y económica.

Durante los festejos en Berlín se implementó un fuerte operativo de vigilancia policíaca en especial en las zonas de mayor concentración de gente, en el centro de esta capital había, incluso, agentes en varias azoteas vestidos de negro y armados para vigilar la celebración.

La nota roja de la noche en Alemania la pusieron los accidentes con cohetes, en los que hubo personas que resultados con mutilaciones de los dedos al encenderlos.

Los decesos durante la celebración se debieron a accidentes, en especial de tránsito. (Notimex)