Durante los últimos ocho años, el precio de los rubíes y los zafiros parece haber subido a un ritmo más rápido que los diamantes.
La gemas de color son, por supuesto, mucho más asequibles que la más costosa y dura piedra preciosa. Y millones de personas más, especialmente en Asia, quieren comprarlas.
Pero, otra razón para el alza podría ser que muchas más mujeres están comprando sus propias gemas.
Al menos, esa es la teoría postulada por uno de los más respetados joyeros de Hatton Garden, el centro del mercado de diamantes en Londres desde la época medieval.
Vashi Domínguez, fundador de la empresa Diamond Manufactures, cree que los precios están siendo establecidos por lo que seleccionan las mujeres.
Cuando los hombres escogen las piedras preciosas para sus parejas, muchas veces optan por los diamantes, dice. Pero cuando ellas están escogiendo, muchas mujeres prefieren por lo menos una gema de color entre sus joyas: un rubí, un zafiro o una esmeralda.
También parecen estar siguiendo el ejemplo de personalidades como Angelina Jolie o Penélope Cruz, que pueden pagar por el diamante que deseen, pero muchas veces deciden lucir, en cambio, zafiros o esmeraldas.
Eso sin mencionar a Kate, la duquesa de Cambridge, y su anillo de compromiso de zafiro azul de Ceylán que heredó de la princesa Diana.
Desafío gigantesco
“Tengo una predilección por el color… amatistas o rubíes”, dijo Gerogina Rycyk, gerente de mercadeo en Hatton Garden.
Ella se acaba de comprar lo que describe como un rubí de “buen tamaño”.
“Simplemente me gustan mucho los colores. Mi presupuesto no da para diamantes, aunque algún día posiblemente dará”, expresó.
Mucha clientela parece compartir esa filosofía.
“Lo que las mujeres buscan es una montura clásica con lados en piedras de color”, manifestó Rycyk.
La demanda de gemas de color se ha triplicado desde 2010, según Domínguez de Diamond Manufacturers.
El resultado es que la compañía está vendiendo menos diamantes.
“Se debe a que las mujeres están conduciendo el mercado”, dijo, “incluso en China”.
“Para un hombre, comprar una joya es un desafío gigantesco”, continuó. “Muchas veces ni siquiera saben qué tamaño de anillo comprar, mientras que las mujeres saben exactamente lo que quieren. Algunas hasta preguntan: ‘¿Podría cambiar el diamante por zafiros?'”.
El efecto “Kate”
El precio del mercado para las piedras preciosas de color parece reflejar su creciente popularidad en todo el mundo.
Gemval, un sitio internet que dice ofrecer la primera herramienta online para evaluar gemas, estima que el precio del zafiro aumentó 37% entre enero 2006 y enero 2013.
Los rubíes subieron 47% durante el mismo período.
Las esmeraldas subieron significativamente en 2005, pero entre 2006 y 2013 solo registraron un alza de aproximadamente 6%.
Según el índice RapNet de Diamantes (RAPI), el precio de diamantes de un quilate subió 32% desde 2006.
En otras palabras, la tasa de los zafiros y los rubíes ha sobrepasado a la de los diamantes.
Pero la ciencia de avalúo de piedras preciosas no es exacta.
“Antes de Kate, todo el mundo estaba comprando solitarios. Ahora, muchas de mis amigas tiene anillos de zafiro como el mío. Son un clásico que no pasará de moda” – Chloe Fuller, gerente de mercadeo
“El problema de las piedras de color es que no tienen graduación”, explicó Martin Rapaport, cuya empresa produce el índice RapNet en su centro general en Israel.
“Pero si se quiere comprar un rubí o esmeralda de óptima calidad, esas piedras pueden competir con los diamantes a ese nivel”, aseguró.
Jaspreet Chawla, un gemólogo en Londres, cree que el alza de precios refleja la tendencia en ciertos mercados.
“En Estados Unidos y Alemania hay un movimiento más pronunciado hacia las piedras de color”, afirmó, “mucho más desde que Kate Middleton lució un zafiro. Pero en Reino Unido, todavía domina el diamante”.
Clásicos eternos
Las celebridades pueden, en efecto, estar poniendo de moda las gemas de color.
Penélope Cruz y Elizabeth Hurley tienen anillos de zafiro, mientras que Halle Berry y Angelina Jolie son aficionadas de las esmeraldas.
Chloe Fuller, gerente de mercadeo del sudoeste de Londres, se compró un anillo de zafiro azul en unos US$1.500 y un collar de zafiros en poco más de US$1.000, tras heredar un dinero de su abuela.
Ahora sueña con la posibilidad de comprarse un par de aretes de zafiro para hacer juego.
“Antes de Kate, todo el mundo estaba comprando solitarios”, dijo.
“Ahora, muchas de mis amigas tiene anillos de zafiro como el mío. Son un clásico que no pasará de moda. También me gusta vestir de azul, así que combinan muy bien”.
No obstante, desestima la opinión que los hombres no sirven para comprar joyas para sus parejas y muestra un brazalete con un pequeño pendiente en forma de cono de helado.
“Mi novio me regaló esto porque soy aficionada al helado. Me gusta porque a él le gusta”, explicó. “El detalle es lo que cuenta”.