La culpa es un sentimiento que nuestra sociedad nos enseña a sentir en lugar de la responsabilidad; esto puede deberse a una férrea educación religiosa, o incluso a nuestra cultura moldeada en gran parte por valores judeocristianos, que, como sabemos, no son los más amigables con respecto al sexo. Sin embargo, lo que mueve la culpa respectiva de hombres y mujeres difiere claramente.
Un estudio publicado en el número de octubre de Archives of Sexual Behavior donde investigadores de la Universidad de Texas en Austin analizaron las culpas que hombres y mujeres experimentan con respecto al sexo. En el caso de las mujeres, las culpas más frecuentes fueron:
Perder su virginidad con la pareja incorrecta (24%)
Haber engañado a su pareja presente o una pareja pasada (23%)
Moverse demasiado rápido al terreno sexual (20%)
Por su parte, las culpas más comunes de los hombres fueron:
Fallar al hacer un avance sexual en una posible pareja (27%)
No haber sido más intrépido sexualmente cuando era más joven (23%)
No haber sido más intrépido sexualmente cuando era soltero (19%)
Estas “culpas sexuales” no hacen sino reflejar las expectativas sociales que el entorno confiere a hombres y mujeres: mientras se espera que las mujeres sean reservadas y pacientes con respecto al sexo, de los hombres se espera que tengan todo el sexo que puedan. Se espera, además, que el hombre tenga la iniciativa con respecto al sexo, mientras de la mujer se espera que elija “correctamente.”
Probablemente todos hemos experimentado algún tipo de culpa sexual, del tipo “quisiera haber sabido lo que sé ahora cuando comencé a tener sexo”, pero en nuestros días también experimentamos un cambio de paradigma: un cambio que hace que la culpa sea sustituida por responsabilidad. Las mujeres pueden tener la iniciativa sexual y los hombres pueden esperar.