Para superar el miedo a las alturas y no pasar por la molestia de realizar viajes en avión, la abuelita Ria, una agradable anciana de 78 años, decidió subirse por primera vez en su vida a una montaña rusa.

Su reacción es sorprendente, mientras muchas personas se ponen mal arriba de este juego mecánico o padecen miedo y nerviosismo, Ria expresa una sensación única y hermosa de contagiosa alegría extrema.

“Mi cabello aún está bien?”, pregunta la abuelita con humor al final de la grabación.