¿No tienes nada en contra de tus quehaceres pero quieres hacer algo padre?

Te gusta tu trabajo y eres bueno haciéndolo, ¿pero cuánto tiempo llevas posponiendo tus proyectos extracurriculares?

Ya sea un libro que quieras escribir, un producto que quieres desarrollar o una idea que pueda ayudar mucho a tu empresa si le dedicaras más tiempo.

Aquí hay dos consejos para dejar de permitir que tus responsabilidades de día a día interfieran con tus ambiciones:

1. Tomate en serio: Michael Hyatt, consultante de liderazgo, brinda un plan de siete puntos para empezar con un proyecto. Su consejo es que te permitas darle prioridad a tu proyecto junto con otras prioridades en tu vida.

“La pregunta es: ¿por qué es importante esto para ti?” dice Hyatt en su página web. “Escribe tus razones como una serie de balas, las necesitarás. Con demasiada frecuencia sacrificamos lo importante por lo urgente. Siempre podemos hacerlo luego, ¿no? No. La clave es comprometerte a tu proyecto como si fuera una junta muy importante con una persona muy importante.

2. Obligate a hacerlo: para proyectos grandes, como escribir un libro, es necesario que hagas tiempo en lugar de buscarlo. Dedica tus fines de semana para avanzar en este proyecto, es una buena forma de no interrumpir el trabajo, haciéndote perder mucho tiempo averiguando en dónde te quedaste la última vez.

Otra forma de obligarte a hacer las cosas es comprometerte con terceros. Si quieres escribir un blog, entrevista a alguien para lo que quieras escribir. Normalmente en estas situaciones, la persona que entrevistaste espera ver que publiques el blog. Unirte a un grupo de escritura o anunciando tus planes en redes sociales es otra forma de obligarte a hacer las cosas.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.