Los fundadores de la ONG Fuck for Forest (FFF) han asumido una misión tan particular como polémica: hacer pornografía sin fines de lucro para invertir sus ganancias en la defensa del medio ambiente.

El proyecto nació en el 2004 como una página web en Noruega y, hasta ahora, ha logrado convencer a más de 5.000 internautas de que pongan a la venta porno casero para ayudar a la conservación de bosques y selvas en el mundo.

El fundador de FFF, Tommy Hol Ellingsen, explicó a un periodista del San Francisco Chronicle que ellos querían hacer el bien con lo que tenían: “…y no teníamos otra cosa que nuestro cuerpo” aseguró.

Por esta razón, sin guiones y sin mucha producción de por medio, los miembros de la agrupación comenzaron a producir contenido para adultos.

La transacción es sencilla: los interesados en consumir esteporno con fines ecológicos pagan $12 para acceder al sitio web y con ese dinero están ayudando a salvar una parte de bosque tropical.

Aunque la lista de organizaciones ambientalistas con las que FFF ha decidido colaborar es limitada, no todas están de acuerdo en aceptar los fondos, justamente por su controversial origen.

Es el caso de la World Wildlife Foundation, en Holanda, y el Rainforest Foundation Fund, de Noruega, que rechazaron el donativo de estos activistas sin ropa.

En Costa Rica, la ONG Arbofilia también devolvió el dinero donado por la organización, pese a que los fondos tenían como objetivo comprar hectáreas de bosque tropical para que fueran conservadas.

Según Miguel Soto Cruz, presidente de la ONG costarricense, al principio pensaron que se trataba de un movimiento espiritual que reivindicaba el sexo y el amor libre, pero luego se dieron cuenta de que se trataba de pornografía ordinaria.

“Haber aceptado ese dinero hubiera puesto en compromiso a la organización en Latinoamérica. Tal vez en Europa ellos lo vean como algo muy natural, pero aquí es diferente”, comentó.

A pesar de los rechazos, la agrupación ha continuado con su proyecto, solamente que ahora se esfuerza por favorecer a entidades que no tengan una imagen tan fuerte que resguardar.

La Nación