Pop y Pixeles –Historia Cultural–
La Historia del Videojuego Parte 1
¿Los marcianos invaden la tierra, un enorme gorila te avienta barriles mientras los fontaneros deben rescatar princesas secuestradas por tortugas subdesarrolladas?, sea como sea, los videojuegos forman parte de la cultura contemporánea; desde los primeros juegos diseñados en 8 bits, hasta las complejas animaciones contemporáneas, chicos y grandes disfrutan de las partidas gamer. Sin embargo, ¿cómo y cuándo surgió el videojuego?, ¿quién lo inventó o por qué se ha vuelto tan popular? Ecos del Pasado abre un nuevo tema titulado Pop y Pixeles –Historia Cultural- donde abordaremos temas de la cultura en general y en esta ocasión le damos espacio al videojuego.
Como todo fenómeno histórico responde a una necesidad específica enmarcada en un tiempo y un espacio, en este caso, el videojuego se delimita a una necesidad creciente en la década de 1940: cazar comunistas. Es en esta época, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando las potencias se dan a la tarea de construir las primeras supercomputadoras programables; recordemos que tras la derrota de Alemania y el nazismo, el mundo quedó dividido en dos grandes bloques: Comunistas (liderados por la URSS) y Capitalistas (liderados por USA). Estas dos potencias iniciaron una carrera de desarrollo armamentista, conocida como la Guerra Fría, pues no se trató de una guerra como tal, enfrentándose en trincheras, sino más bien de una pugna por el desarrollo de mejores armas, entre las cuales, por supuesto está la tecnología.
A partir de esta lucha por crear mejores prototipos tecnológicos, para fortuna del mundo, los ojos de las potencias poco a poco fijaron nuevas miras: el espacio, la medicina, la astronomía, etcétera; e incidentalmente surgió el videojuego. Fue hacia 1946 cuando se crearon supercomputadoras como la ENIAC, y por ende, la idea de crear los primeros programas de carácter lúdico no se hizo esperar, sobre todo de ajedrez. No obstante, los antecedentes del videojuego se dieron un poco antes, gracias a los estudios de Alan Turing y Claude Shannon encaminados a descifrar los códigos secretos usados por los submarinos alemanes. Ambos especialistas postularon como campo más importante el dirigido al conocimiento de la inteligencia artificial; en 1949 Shannon presentó un prototipo titulado: Programming a Computer for Playing Chess, en el cual presentó algoritmos que son utilizados hasta el día de hoy en los programas de ajedrez computarizados.
El siguiente paso se realizó hasta 1951 cuando el australiano Jhon Bennett presentó a Nimrod (toma el nombre del famoso rey de Babilonia, que según la Biblia, fue el constructor de la Torre de Babel), una enorme computadora capaz de jugar al nim; aunque el proyecto causó gran sensación, al poco tiempo fue desmontada por la empresa Ferranti, donde Bennett trabajaba, para utilizar esas piezas en otros proyectos. Esta idea era lo más cercano a un videojuego, sin embargo, el concepto como tal aún estaba lejos de concretarse en algo tangible para el uso comercial. En 1958, Eilliam Higinbotham, desarrolló un nuevo proyecto: Tennis for Two, un juego capaz de recrear una partida de tenis presentando una visión lateral de la pista con una red por el medio y líneas verticales simulaban las raquetas; y aunque esta idea no proliferó, el diseño de este juego fue uno de los más populares cuando las consolas aparecieron en el mercado.
Resulta interesante observar que para finales de los 50’s, el anhelo de crear un videojuego estaba ya en la mente de los ingenieros de la época, no obstante, la tecnología existente no permitió que fuera más allá de ideas y prototipos académicos, pues su implementación para el público en general aún resultaba poco viable y altamente costoso. Algunos recordarán, a propósito de esto, el chiste recreado en la serie de Los Simpson, cuando Apu, el dependiente del K-mart, se enfrenta a la ley contra inmigrantes y cuenta cómo fue que llegó a Norteamérica, participando en un proyecto académico para formar el primer juego de ajedrez programable por medio de fichas perforadas; en este episodio, también nos cuenta que estuvo bajo la tutela del profesor Frink quien aseveraba que las computadoras serían tan grandes y costosas por lo cual sólo los cinco reyes más ricos de Europa podrán poseer una; esta parte, por supuesto, hace alusión a todo lo aquí expuesto.
Antes de continuar el recorrido por la historia del videojuego, es importante aclarar que hasta la década de 1950, todos estos intentos sólo eran para el perfeccionamiento de la inteligencia artificial, es decir, se trataba de ejercicios de algoritmos y ecuaciones matemáticas, dentro de un campo lúdico, para perfeccionar a las computadoras, pero en ningún momento se había pensado en realizar videojuegos como tal, el objetivo real fue utilizarlo para aplicarlo a la carrera armamentista y vencer en la Guerra Fría. Sin embargo, los años 60 cambia el rumbo del incipiente mundo del videojuego. En primera instancia están tres miembros del Tech Model Railroad Club, un grupo de estudiantes del instituto tecnológico de Massachusetts, Wayne Witaenem, Martin Garetz y Steve Russell; este simpático trío, cuando llegó a su club el primer PDP-1 al instituto, decidió desarrollar un juego llamado Spacewar!, el cual trataba de un duelo espacial para dos jugadores. Este primer juego causó sensación y la empresa ARPAnet, creadora del PDP-1, realizó numerosas copias para demostrar las capacidades de su producto; no obstante, estos tres jóvenes jamás se plantearon la idea de patentar su trabajo y mucho menos la idea de comercializarlo, pues para ese entonces se requería de una plataforma hardware altamente costosa. Aún así, la idea de Spacewar! fue recreada en numerosas versiones posteriores, como se apreció cuando aparecieron consolas como Atari y Magnavox.
Es hasta 1966, cuando Ralph Baer (considerado el padre de los videojuegos) retomó su proyecto de elaborar un dispositivo que conectado a un televisor fuera capaz de recrear juegos. Baer trabajó junto con Bill Harrison y Bill Rusch y para 1967 finalizaron el primer prototipo, el cual incorporaba una serie de juegos y un rifle eléctrico que, conectado al dispositivo, permitía disparar a una serie de objetivos, así nació la Brown Box, que dará paso a la Magnavox Odissey, ¡la primera videoconsola de la historia! Sin embargo el proyecto tuvo que afrontar diversos obstáculos y no fue sino hasta 1971 que la empresa Magnavox decidió arriesgarse con el prototipo de Baer; tras unos cambios de la idea original, en abril del 72 se lanzó la campaña y el mundo conoció la primera videoconsola; no obstante, la ambición empresarial de Magnavox cometió varios errores de marketing que jugaron en su contra: los anuncios televisivos daban la impresión que sólo se podía jugar en un televisor de la misma marca, lo cual no era real; además su distribución sólo se limitó a las franquicias de Magnavox, limitando el mercado potencial de la consola; sin embargo, se obtuvieron grandes ventas en la campaña navideña del 72. Aún así, esta videoconsola carecía de elementos como sonido, puntuación en pantalla y sus gráficos eran muy elementales; estas carencias fueron aprovechadas por la competencia, encarnada en Nolan Bushnell, creador de la primera empresa líder del videojuego: Atari.
Hasta aquí llegaremos el día de hoy, anticipando que nuestro siguiente artículo se avocará a la historia del Atari y su némesis Nintendo; dos compañías paradigmáticas en el desarrollo del videojuego contemporáneo. Por lo pronto les deseamos un excelente cierre de semana y esperamos sus comentarios. Suerte y que Donkey Kong no los aplaste con barriles petroleros.