Generalmente, para tatuarse la gente elige algo profundo y significativo, una frase o una dedicatoria a un ser querido.
Pero hace algunos meses, Stian Ytterdahl decidió abandonar la tradición y rendir homenaje a su restaurante de comida rápida favorito al tatuarse el ticket de un McDonalds en el antebrazo derecho.
El chico noruego de 18 años de edad estaba en una sucursal del restaurante con sus amigos cuando decidieron que tenía que ser castigado por ser “demasiado atractivo para las chicas”. Era eso o tatuarse una Barbie en el trasero.
Así que lo hizo y el mismo día, el lugar donde se lo realizó le ofreció tatuarle gratis en el otro brazo el ticket de lo que le había costado hacerse el primer tatuaje. Stian quedó encantado con la idea.
Es como … Inkception.