Un subproducto del colesterol que funciona como el estrógeno impulsa el crecimiento y la propagación de los tipos más comunes de cáncer de mama, según investigadores del Instituto del Cáncer de Duke, en Durham, en Carolina del Norte, EUA. Los científicos también encontraron que los medicamentos contra el colesterol, como las estatinas, parecen disminuir el efecto de esta molécula similar al estrógeno.
Los resultados, publicados en la revista Science, conseguidos mediante el uso de modelos de ratón y células tumorales, explican la relación entre el colesterol alto y el cáncer de mama, especialmente en mujeres postmenopáusicas y sugiere que los cambios en la dieta o las terapias para reducir el colesterol también pueden ofrecer una forma sencilla y accesible de reducir el riesgo de cáncer de mama.
“Lo que ahora hemos encontrado es una molécula, no el colesterol en sí, sino un metabolito abundante en el colesterol, denominado 27HC, que imita a la hormona estrógeno y puede accionar de forma independiente el crecimiento del cáncer de mama”, señala el autor principal, Donald McDonnell, director del Departamento de Farmacología y Biología del Cáncer en Duke.
El estrógeno alimenta aproximadamente 75 por ciento de todos los cánceres de mama.
Los hallazgos sugieren que puede haber una manera simple de reducir el riesgo de cáncer de mama al mantener el colesterol bajo control, ya sea con estatinas o una dieta saludable. Además, para las mujeres que tienen cáncer de mama y el colesterol alto, tomar estatinas puede retrasar o prevenir la resistencia a los tratamientos endocrinos como el tamoxifeno o los inhibidores de la aromatasa.