“El Laberinto de la Soledad”, obra magistral del ensayo en lengua española y un texto ineludible para comprender la esencia de la individualidad del reconoció escritor mexicano Octavio Paz, está permeado de personajes franceses, afirmó hoy aquí el editor Philippe Ollé-Laprune.

En una charla que ofreció en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el también director de la Casa Refugio Citlaltépetl, aseguró que fue tras su estancia en París, Francia, como diplomático y luego de haber conocido al grupo de Surrealistas, que Paz creó esta obra en la que aborda a diversos personajes franceses.

“En el primer capítulo de ´El Laberinto de la Soledad´, Paz habla de los Pachucos y eso lo escribió cuando estaba en los Estados Unidos, pero cuando va a Francia, el libro cambia de tono, retoma a personajes franceses y todo eso permeara los siguientes capítulos”, dijo.

Durante su participación, Ollé-Laprune habló brevemente sobre las actividades realizadas en París por Octavio Paz (1914-1998), quien ocupó diversos cargos diplomáticos por más de dos décadas.

Indicó que desde muy pequeño, el Premio Nobel de Literatura 1990 se vio influenciado por la cultura francesa, gracias a que desde niño su tía Amalia le habló sobre de ella, “pues fue de una familia culta, leyó a autores como Víctor Hugo, además la escuela primaria a la que asistió fue francesa”.

Recordó que en los años 40 en México, conoció a un grupo de intelectuales franceses con quienes tuvo gran amistad y quienes le hablaron sobre la posibilidad de pensar la rebeldía fuera del Estalinismo y Comunismo aceptado por todos.

“Fue una gran lección para Paz, libertaria, una lección en la que dice que no necesita pactar con estalinistas, ni con fuerzas conservadoras. El gran momento de Paz fue cuando vive en París, del 45 al 51 y es ahí donde hace muchas lecturas de diversos autores.

“En Francia escribió sobre Rufino Tamayo, trajo a los ‘Olvidados’, de Luis Buñuel al Festival de Cannes, y el mismo repartió los textos en la entrada del cine para defender la película; fue un hombre que se metió mucho en trabajo de presentar a México”, indicó.

El también promotor cultural rememoró que tras publicar los libros “Libertad bajo palabra” y “El Laberinto de la Soledad”, Paz abordo a pensadores y artistas franceses de su época.

“En la escritura misma poética de Paz, no creo que haya rasgos surrealistas tan evidentes. En general la gente dice que tuvo la influencia de André Bretón en el surrealismo y sus textos”, apuntó.

Abundó, Ollé-Laprune, que el escritor mexicano entendió lo que Bretón dijo del papel del vate y la palabra poética del mundo.

“Eso es lo que él va a conservar del surrealismo y toda su vida va ser fiel a esa ajenación que es: que la poesía es una manera de ver el mundo, en todos sus campos, hay que pensar como un poeta, hay que llegar al arte desde la poesía, poner la palabra poética en el corazón de los debates y diálogos y eso es una idea surrealista de André Bretón”, mencionó.

Asimismo, recordó que el Nobel de Literatura ofreció una conferencia en México titulada “Estrella a tres puntas”, en la que explicó que el surrealismo, tiene el amor, la libertad y la poesía como puntas.

Es de mencionar que cuando Octavio Paz llegó a París, donde permaneció hasta 1951, se situó inicialmente como secretario de la Embajada de México, para establecer relaciones de índole político y un acercamiento con personajes pertenecientes a corrientes como el surrealismo.

También destaca su apoyo a los españoles en el exilio debido al franquismo, sus vínculos con comunistas disidentes griegos o su denuncia pública ante la existencia de los campos de concentración soviéticos en 1951.

Además, el autor de “El laberinto de la soledad” (1950) se encargó de difundir la literatura y el talento de los artistas de su nación, como el trabajo del pintor oaxaqueño Rufino Tamayo (1899-1991).

(Notimex) México, D.F.-