Sublime, amenazante, poderoso, sujeto a cambios de textura y color, fuente de vida y escenario de tragedias, territorio todavía no del todo conocido y de inmensidad implacable —el 71 % de la superficie del planeta—… Los pintores nunca han podido substraerse a la fascinación por interpretar el mar y los océanos. Es tal la atracción que se ha catalogado un subgénero específico para los cuadros que tienen al mar como protagonista, las marinas, cuyo origen puede rastrearse hasta 12.000 años antes de nuestra era en los petroglifos del Parque Nacional de Gobustán (Azerbaiyán) de hombres remando en la superficie del mar.

Tratándose de un estado insular con un litoral amplio (12.429 kilómetros), el Reino Unido ha procreado a grandes pintores de marinas. La exposición temática The Power of the Sea (El poder del mar), en la Royal West Academy de Bristol, reúne obras de más de cuarenta artistas desde el siglo XVIII hasta hoy, que han llevado el mar a los lienzos. La muestra, del 5 de abril al 6 de julio, pretende hacernos entender como el tema pasó de ser representado como una metáfora de la amenaza destructiva a un símbolo de placer y ocio.

“Cambiantes actitudes”

La exposición temática examina las “cambiantes actitudes” artísticas hacia las costas y litorales, desde los trabajos más tempranos de la exposición, de artistas como Francis Danby, que hacían hincapié en los costos humanos de los abundantes naufragios que ocurrían en las costas del país, o de Turner y Constable, cautivados por la naturaleza elemental marina, repleta de furia, fluidez y luminiscencia.

A finales del siglo XIX, el mar comenzó a parecer más benigno para los pintores, que lo muestran como una fuente de ocio y salud: en A Winter Gale in the Channe, de Henry Moore o Waves Breaking on the Shore, de Sydney Mortimer, el movimiento de las olas transmite una sensación que, lejos de resultar amenazante, transmite equilibrio y perfección.

Minimalismo y visiones geométricas

En el siglo XX Edward Wadsworth y Paul Feiler buscaron la geometría simple de los diques y los barcos, mientras que Peter Lanyon retrató la costa de una manera incluso insustancial, un lugar de remolinos de vientos y estados de ánimo cambiantes. Entre los artistas del siglo XXI, la exposición muestra la obra minimalista de Susan Derges y Maggi Hambling, que he dedicado toda una serie al Mar del Norte. Los contrastes y la continuidad en el compromiso de los artistas con el mar

The Power of the Sea demuestra durante los últimos dos siglos, una época de “grandes cambios en la relación del hombre con la naturaleza y la comprensión de esa relación”, dicen los organizadores para traer a colación los efectos del cambio climático sobre los niveles del mar.

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