
¿Tiempo libre? El lujo más aspiracional de esta generación
Durante décadas, el lujo se midió en relojes, autos o destinos lejanos. Pero hoy, en un mundo hiperconectado y sobrecargado de pendientes, lo verdaderamente exclusivo es tener tiempo libre. Tener espacio en la agenda para no hacer nada —o para hacer solo lo que tú eliges— se ha convertido en un símbolo de estatus silencioso, una declaración de autonomía frente a la productividad infinita.
El cambio no es solo generacional. Según un estudio de Deloitte, cada vez más personas valoran el tiempo de calidad por encima del dinero, incluso si eso significa consumir menos. Las redes sociales han contribuido a visibilizar esta nueva forma de vida aspiracional: rutinas lentas, días sin reuniones, espacios para hobbies y desconexión digital.
Este fenómeno tiene nombre. Se le ha llamado slow living, rich in time o incluso quiet luxury, una estética y filosofía de vida en la que el bienestar personal y la calma se posicionan por encima del ruido y la saturación de lo productivo.
¿Pero cómo se alcanza ese tiempo libre en una rutina saturada? No se trata solo de renunciar a actividades, sino de reestructurar prioridades. Aprender a decir que no, proteger los horarios personales, evitar el multitasking y limitar el tiempo frente a pantallas son prácticas esenciales. Herramientas como Forest o Minimalist pueden ayudarte a recuperar el enfoque y reducir la sobrecarga digital.
Otra estrategia clave es adoptar espacios intermedios de descanso en el día: caminar sin destino fijo, comer sin el celular a la vista, leer sin interrupciones. Estos pequeños rituales no solo restauran la energía, sino que te permiten recuperar agencia sobre tu propio tiempo.
En un contexto donde el burnout es cada vez más común, esta nueva forma de lujo no es solo deseable: es necesaria. La próxima vez que sientas culpa por no estar “haciendo algo útil”, recuerda que descansar también es una forma radical de resistencia.
Porque tener tiempo libre no es perder el tiempo. Es vivirlo.
Publicado por Redacción.