El experto Rubén Santoyo Ayala dijo que la fibrosis pulmonar idiopática es una afección grave, caracterizada por el endurecimiento de la estructura interna de los pulmones, entre cuyos principales detonantes se ubica el tabaquismo, así como la crianza de aves como palomas y canarios.

El neumólogo añadió que esta afección suele aparecer en individuos entre 50 y 70 años, sobre todo mujeres, y sus síntomas clásicos incluyen dificultad respiratoria (disnea), así como tos persistente y, en etapas avanzadas, fatiga ante esfuerzos mínimos.

Dado que estos síntomas son similares a los de otros padecimientos respiratorios como asma e incluso tuberculosis, “para llegar al diagnóstico de la fibrosis pulmonar se requiere una serie de estudios que incluyen radiografías de tórax, tomografías de alta resolución y una espirometría o medición de la capacidad pulmonar”.

Los antecedentes familiares de esta afección, se asocian también a su desarrollo hasta en 5 por ciento de los casos, “y como en cualquier otra enfermedad, su diagnóstico temprano contribuye a una mejor calidad de vida del paciente”, dijo.

Una vez establecido el diagnóstico, la sobrevida del afectado fluctúa entre 3 y 5 años, aunque existen casos de personas que tienen 8 años o más con este mal.

La fibrosis pulmonar es una afección irreversible, “y el tratamiento consiste, sobre todo, en la administración de broncodilatadores, aunque en algunos casos muy avanzados, la persona puede requerir oxígeno-terapia las 24 horas”.

“Además de la administración de medicamentos, es importante que el paciente con fibrosis pulmonar evite exponerse a cambios bruscos de temperatura, porque esto puede conducir a la exacerbación de la enfermedad y llevar al paciente a una insuficiencia respiratoria con riesgo de mortalidad elevado”.

Aunque la fibrosis pulmonar suele aparecer en personas ubicadas entre 50 y 70 años, “se sabe de casos que a partir de la cuarta década de la vida ya la presentan, pero lo importante es identificar a tiempo síntomas como: tos y dificultad respiratoria, a los que se añade fatiga ante esfuerzos mínimos”.

“Estos datos clínicos deben ser atendidos de inmediato, porque de captarse a tiempo, la progresión de la enfermedad puede aminorarse y contribuir así a que la persona tenga mejor pronóstico y calidad de vida”, finalizó.