Empleados de la NSA, la agencia estadunidense en el centro de la polémica provocada por las revelaciones de Edward Snowden sobre comunicaciones interceptadas, aprovecharon las herramientas de vigilancia de las que disponían en su trabajo para espiar a sus novias.
La inspección general de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés) identifica 12 usos malintencionados de las potentes herramientas de monitoreo de las comunicaciones por parte de empleados.
Este nuevo episodio de revelaciones sobre la intrusión en la privacidad de los estadunidenses, operado por la NSA, ha sido apodado “LoveInt” por algunos medios de comunicación, en referencia a “Love Intelligence” o “inteligencia amorosa”.
La ley prohíbe a la NSA vigilar las comunicaciones de los estadunidenses o de los extranjeros radicados legalmente en el país, excepto en caso de legítima sospecha de vínculos con actividades terroristas. La normativa prohíbe también la vigilancia de las comunicaciones con fines personales.
Esto no impidió que en 2004 una funcionaria de la NSA enviada al extranjero “vigilara el celular de su marido porque sospechaba que tenía una aventura”, señala la inspección general de la NSA, según la cual la empleada luego renunció.
En otro caso, una funcionaria extranjera contó que sospechaba que su novio, quien trabajaba para la NSA, vigilaba sus llamadas telefónicas. La investigación mostró que el novio había escuchado, entre 1998 y 2003, las conversaciones en nueve teléfonos diferentes de distintas mujeres. También él dimitió.
En otro caso en 2003, un funcionario vigiló las comunicaciones telefónicas de su novia extranjera para determinar si estaba “involucrada con funcionarios extranjeros u otras actividades que podrían causarle problemas a él”, explicó a los investigadores, según la NSA.
Fuente: WASHINGTON, 28 de septiembre (Excelsior)