En EUA y muchas otras economías desarrolladas, el que hackeen la información bancaria de la gente no es poco común. Normalmente las compañías de dónde se robaron los datos reaccionan como si fuera algo que simplemente pasa todos los días.

Caro, puede que te envíen un mensaje disculpándose y hasta ofrecerán un descuento o dos, pero lo tratan como si no fuera gran cosa. Y esto sólo es asumiendo que la compañía reporta el robo.

Pero en Corea del Sur no están jugando.

Los reguladores de servicios financieros en Corea anunciaron este domingo que tres empresas que sufrieron robos de los datos de unos de sus clientes el año pasado serán prohibidos de otorgar más tarjetas de crédito o extender cualquier préstamo hasta mitades de mayo.

De hecho, los ejecutivos de las empresas involucradas mostraron su pena en la televisión, inclinando profundamente la cabeza y haciendo disculpas personalizadas. Algunos ejecutivos renunciaron su puesto por el incidente, aún cuando los ladrones fueron encontrados y arrestados.

Y estas no son pequeñas empresas tampoco. El trio incluye a el grupo financiero KB (dueño de el banco más grande de Corea del Sur, KB Kookmin) y Lotte Group.

Para los funcionarios coreanos, estás empresas fueron culpables de no proteger la información de los datos de sus clientes.

El incidente del hackeo fue grande, casi al nivel de la brecha de seguridad reciente en Target en EUA.

Pero en una situación donde los únicos que ganan son los ladrones de identidades, es bueno saber que los consumidores no serán los únicos perdiendo.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.