Por Carlos Olivares Baró
México, 21 Abr. (Notimex).- La segunda sesión del ciclo de Conciertos y Conferencias de jazz “NY Jazz All Stars”, que organiza DeQuinta Producciones en sociedad con Jazz at Lincoln Center, convirtió la noche de ayer sábado en una fiesta de memorable expedición sincopada. El pianista bostoniano Aaron Goldberg y su trío (Ben Williams, contrabajo; Jamire Williams, batería) ennoblecieron la anochecida con una vendimia instrumental inolvidable.
La Sala Telefónica del Centro Cultural Roberto Cantoral de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) recibió a cientos de melómanos, quienes entusiasmados reconocieron con encomies cerrados a uno de los pianistas más cotizados de la Urbe de Hierro.
Primero: Conferencia “Cómo ser un buen músico de jazz” que, al filo del mediodía, dictó el tecladista: taller participativo en el que puso a tocar sus instrumentos a los estudiantes de música que asistieron. “Lo primero que hay que hacer es escuchar a los grandes maestros y después copiarlos hasta el cansancio”, repitió más de una vez el colaborador de Wynton Marsalis.
En el transcurso del conversatorio se conformó un ensamble que compartió el escenario con Aaron Goldberg Trio. Ben cedió su contrabajo a una muchacha, Jamire entregó la batería a un jovencito y Aaron pactó los bemoles del piano con otro joven. Flauta, saxofón, guitarra eléctrica y cantante complementaron un conjunto al que Goldberd invitó a interpretar una pieza.
“No es lo mismo ?tocar juntos? que ?tocar con otros?: lo primero que deben hacer es ponerse de acuerdo. Seleccionar una melodía y compartirla entre ustedes: cada instrumentista deberá favorecer al logro de la concordia orquestal del tema elegido. Así se hace el jazz desde la complicidad: no es tocar juntos, sino ejecutar en avenencia con otros”, precisó el pianista.
Coloquio de enumeraciones y encomiendas que los principiantes músicos partícipes acogieron con gratitud y sorpresa al haber compartido el estrado con un pianista de prestigio y autoridad en los espacios más exigentes del jazz contemporáneo.
“Aplausos para ustedes; pero, a estudiar y mucho. Recuerden escuchar y copiar a los maestros. Deben aprenderse las melodías y cantarlas, repetirlas, hasta el cansancio. Todo consiste en ?hablar? el jazz con voz propia”, concluyó el graduado con honores de New School for Jazz, Premio Stan Getz, y miembro del programa Betty Carter?s Jazz.
Y llegó el ángel luz: tercera llamada: entran a la tarima pianista, contrabajo y batería. Inició el convite con presentación de clústeres atenuados en introito que el contrabajo interrumpe desde pulso heathiasiano y la batería complementa con resueno tomado de los horcones de la casa de Billy Cobham.
“Taurus”, “Kiandas songs” y “Shed”: bloque de piezas de matrícula new bop/hard/blues/funk. Pianista que bucea en los amarraderos de Kelly/Garland/ Hancock/Corea: enunciado de notas desbordadas: ovación. Contrabajista en “walking” de mesura cabalgante. Batería en songo de elíptica articulación.
“Lambada de Serpente”: Bill Evans, Monk, Kelly, Powell y Marian McPartland. El jazz es una fiesta de sumarios entrecruzados. Versión de un tema pop del brasileño Djavan que Aaron Goldberg Trio convirtió en momento ilustre: la pureza encomia cuando el corazón frasea.
Siguieron “Yes!”, “The Sound of Snow”, “Dam?s Blues” y “Homeland”: hechizo, ofrenda que entró en el alma de los asistentes. Aposento en vilo. Abstraídas digitaciones de Goldberg, quien desafía al contrabajo y la batería. Trío de complicidades deliberadas. La batería plantea un solo de atajado paseo redoblante, el contrabajo responde con guiños carterianos.
Aclamación cerrada. Goldberg agradece la invitación de Maribel Torres (organizadora de NY Jazz All Stars): “No sé el porqué de que en México no haya más programas de jazz. Este público lo exige. Gracias Maribel por darme la oportunidad de compartir mi trabajo en esta hermosa sala”. Delirio del público que pide más.
Encore. “Maraba blues”, pieza del álbum “Yes!” (2011), propuesta new blues de tentadora y provocativa alocución neworleansiana. Batería dueña de los intervalos, bajo en progresivas delineaciones mingusianas y piano en disertación powelliana/garlandiana: los olores húmedos del Mississippi ensoñaron el crepúsculo. El auditorio sigue la cadenza con palmadas. Goldberg se adueña de los resplandores nocturnos, encumbres de un festejo jazzístico célebre: será difícil olvidarlo.
Se anunció el cartel de la tercera ronda (próximo 25 de mayo) de NY Jazz All Stars: presentación del pianista de Filadelfia Eric Reed (colaborador de Wynton Marsalis, Lincoln Center Jazz Orchestra, Joe Henderson, Freddie Hubbard, Natalie Cole y Wayne Shorter, entre otros destacados jazzistas). Imposible desdeñar la invitación: el mes que viene nos vemos.