Victoria Selbach es una pintora y los desnudos son su objeto de trabajo. Sin embargo, no pinta cuerpos de modelos ni prototípicos. Selbach no se vale de esos elementos añadidos sino que hace ver a las mujeres desnudas como realmente son.
“Siento una fuerte conexión con las mujeres, una lealtad, una hermandad, una empatía. Me siento atraída por su resplandor. Cada musa trae su compleja identidad y belleza en el momento. No pretendo dar a entender o añadir cualidades a las mujeres que pinto. Mi trabajo es estudiar la interacción entre la luz y la musa”, explicó la pintora a Huffington Post.
Las modelos de Selbach son mujeres comunes y corrientes, a las que representa en su mundo cotidiano, sin poses elaboradas. La artista explica que lo que más aprecia es cómo la luz se encuentra con las formas femeninas y que se maravilla con los contrastes de luz y oscuridad que se crean en el cuerpo.
Ella dice que la mayor fortaleza de su trabajo es “el poder para mostrar a las mujeres reales, honestas, presentes, complejas y como completos individuos, radiantes por derecho propio. No despojadas de su condición de persona, o manipuladas por una fantasía o una metáfora (…), tal vez romper las nociones de la intolerancia y los estereotipos”.