El artista de instalaciones, Olafur Eliasson, nos trae la ilusión espacial a nuevas alturas con su trabajo más reciente: una pirámide flotante de 20 metros cubierto de espejos.
Hecho de hierro, madera y lamina de espejo, la pirámide abierta está suspendida alrededor de dos metros y medio del suelo. Una sola luz ilumina el espacio directamente debajo, creando un punto de luz brillante para la gente curiosa que va a ver la exhibición.
Mirando arriba hacia sus reflejos y el espacio iluso arriba, los visitantes cuestionarán sus propias percepciones.
“El arte desafía nuestra perspectiva del mundo, la voltea de cabeza o sugiere vistas alternas. Espero que los visitantes sean inspirados para hacer esta clase de preguntas. Cuestionar lo que algo es es una oportunidad,” dice Eliasson.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.