Es una cuestión que ronda la cabeza de muchas mujeres, y no pocos hombres, cuando de infidelidad se trata. ¿Estamos más hechas para tener una sola pareja a lo largo de nuestra existencia? Por naturaleza, ¿somos más proclives a ser monógamas? Con la monogamia, ¿nuestro deseo sexual se apaga?

Diversos puntos de vista recopilados por ActitudFem nos despejan la duda… o, por el contrario, nos la ahondan aún más:

  • El psicólogo Dietrich Klusmann, de la Universidad de Hamburgo-Eppendorf (Alemania), realizó un estudio titulado “Sexual Motivation and the duration of partnership” (Motivación sexual y duración de la pareja) con la participación de 1865 estudiantes entre los 19 y los 32 años, todos ellos con pareja estable. De su investigación se derivaron tres conclusiones:
  1. La actividad y la satisfacción sexual disminuyen en hombres y mujeres con pareja estable con el paso del tiempo,
  2. El deseo sexual solo baja en las mujeres,
  3. La necesidad de cariño aumenta en mujeres y disminuye en hombres conforme avanza la relación.
  • La teoría de que la monogamia puede ser la mejor arma para destruir el deseo femenino la sustentan también los sexólogos Sarah Murray y Robin Milhausen, de la Universidad de Guelph, Ontario (Canadá). En un trabajo publicado en la revista Sex & Marital Therapy, básicamente mantienen que cuanto más tiempo pasa una mujer en una relación, menos deseo sexual siente. Si esta idea fuera cierta, sería contraria al tópico con el que hemos crecido y que dice que los hombres son por naturaleza más promiscuos –su semen debe cubrir al mayor número de hembras posible, para asegurar la supervivencia de la especie–; mientras que la mujer encaja más en la monogamia, el entorno ideal para formar una familia y criar a sus hijos.
  • El periodista norteamericano, Daniel Bergner en su reciente libro “What Do Women Want? Adventures in the Science of Female Desire” (¿Qué quieren las mujeres? Aventuras en la ciencia del deseo femenino) acaba con los tópicos trasmitidos de generación en generación sobre el deseo femenino. Lo iguala en poder y fuerza al del hombre, niega que la mujer haya sido diseñada para la monogamia y que el deseo en ella deba ir acompañado de una cierta idea de romanticismo. En un artículo escrito recientemente para The New York Times Magazine y en el que analizaba los vericuetos de uno de los mayores retos de la industria farmacéutica actual –la búsqueda de la “Viagra femenina”– se planteaba si el problema de estas nuevas píldoras no será tal vez el de que funcionan demasiado bien, y barajaba la posibilidad de que la Food and Drug Administration (FDA), el organismo que en Estados Unidos da el visto bueno a los medicamentos para su posterior comercialización, las rechace ante el temor de una nueva raza de mujeres con el poder de controlar y aumentar su voracidad sexual.

Las dudas aumentan ante tantas y tan diversos puntos de vista. Y tú, ¿qué opinas de la monogamia?

Fuente: (Actitud Fem)