Una relación kármica es intensa, apasionada y suelen ser cortas. Es una conexión entre dos personas que se siente magnético e imparable. Se encontraron en el momento y el lugar perfecto, se siente destinado a ser.
Pero el verdadero propósito de una relación kármica es darte una lección importante sobre ti misma, el amor o la vida (o las tres) que necesitas para crecer como persona.
Estas son algunas señales de que estás en una relación kármica:
Fueron atraídos inmediatamente uno al otro
Esta es una señal de almas gemelas también. La conexión es rápida, intensa y no puedes hacer nada para detenerlo. Estas relaciones van de 0 a 100 en un segundo y ni te dan chance de procesar todo lo que está pasando.
Tienen altibajos muy intensos
Cuando las cosas están bien entre los dos, son increíbles, pero cuando son malas, es una pesadilla. Estás en una montaña rusa de emociones constante.
Algo no se siente bien, pero no sabes qué
Te das cuenta que esta persona no te entiende o tú no la entiendes sin importar lo claros que estén siendo. Pero como nada en particular destaca, lo descartas.
Te sientes adicta a la relación
Las cosas son tan intensas que se siente como una adicción. Estás tan feliz con esta persona que la relación se empieza a apoderar del resto de tu vida. Cuando no estás con esta persona, no sabes qué hacer de tu vida.
Saca lo peor de ti
Una relación debería sacar lo mejor de nosotros, pero en una relación kármica, es lo contrario.
Te sientes cansada con esta persona
Hay algo que te cansa muchísimo cuando estás con esta persona, ya sea mental, físico o emocionalmente. Lo peor es que no sabes cómo cambiarlo.
Sabes que deberías de terminar las cosas, pero no puedes
Hasta cuando te sientes totalmente lista para terminar la relación, no lo logras. No sabes qué te detiene, pero es como si no te pudieras mover.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.