La artista radicada en Washington, Beth Cavener Stichter, hace esculturas de tamaño de un hombre de animales de barro entre otros materiales para crear representaciones de emociones tanto dramáticamente abiertas como sutilmente ambiguos.
Colgados con cuerda o pegados a la pared, las esculturas antropormórficas están fusionados con yuxtaposiciones que representan los extremos de tanto la emoción humana con en comportamiento animal.
“En la superficie, estas figuras simplemente son animales salvajes suspendidos en un momento de tensión. Más al fondo, representan las consecuencias del miedo humano, apatía, agresión y el malentendido,” dice Cavener.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.